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Blogs Laboratorio de Estilo por María Luisa Funes

Los 100 años del traje de baño

Los 100 años del traje de baño
María Luisa Funes el

Una exposición en Londres revisa los atuendos playeros, antes y después del bikini   “Estilo Riviera” es la nueva exposición que tiene lugar en el Museo de la Moda y el Textil de Londres. Analiza la evolución del atuendo playero de las féminas, desde los vestidos hasta la rodilla para nadar de, hasta los casi invisibles bikinis actuales.

La Reina Victoria, durante la segunda mitad del siglo XVIII, se establecía en la Isla de Wight durante el verano. Allí, en Osborne House, la Familia Real se dedicaba a una saludable novedad: los baños de mar. Aunque parte de la isla esta reservada para la reina, Victoria tenía la preocupación de dejarse ver con sus vestidos de baño frente a sus súbditos. El príncipe Alberto, su marido, ideó para ella una “Bathing Machine”, una maquina de baño que consistía en una especie de vagón que descendía hasta el nivel del agua por unos railes. Con un w.c. incluido y una escalera trasera, la reina Victoria se transformaba y salía a disfrutar del mar cual sirena misteriosa, al abrigo de miradas indiscretas.

Desde entonces, las clases altas del Reino Unido y –sucesivamente- de otros países, comenzaron a alabar las propiedades de los baños de mar. El gran dilema era cómo disfrutar de ellos sin faltar al pudor exigido por la pacata sociedad de la época. El vestido de baño, que era una mera simplificación del atuendo habitual de calle, se fue simplificando poco a poco con el cambio de siglo y la muerte de la reina Victoria. En realidad, el traje de baño nació cuando se dejó la cuestión de “remojarse” en el mar y se pasó a la acción, a nadar. Esto creó la necesidad de idear nuevas prendas que permitiesen la actividad. Atrás quedaron las medias, faldas y zapatos de baño. Entre 1912 y 1915 se evolucionó hacia prendas más ligeras, punto de algodón y pantalones tipo pucho bajo faldas.

Durante los años 20, las flappers como Coco Chanel, mujeres liberadas que fumaban, bebían y salían por la noche, empezaron a crear prendas básicas para sus escapadas a la Costa Azul. Recortaron el largo de los pantaloncitos de punto, creando conjuntos de pantalón corto y camiseta para acudir a la playa.

En los años 30, aparece la primera silueta similar a los trajes de baño actuales. De repente, se había puesto de moda el bronceado: ya no indicaba un origen campesino, sino la capacidad económica de pasar varias semanas junto al mar en los nuevos resorts. Se recortaron los pantalones hasta casi la ingle y aumentaron los escotes. La clave de esta evolución fue la llegada de los primeros y muy rudimentarios tejidos elásticos, que permitían a las prendas ceñirse al cuerpo. Las imágenes de Joan Crawford en la playa en 1933 son un reflejo evidente del nacimiento de la nueva silueta.

Las estrellas de cine, igual que actualmente, marcaban tendencias y se atrevían con novedades. En 1946, la rutilante Rita Hayworth posaba para la prensa con un nuevo invento, un dos piezas con la parte baja de corte faja. Sus imágenes revolucionaron el sector. Era el comienzo del bikini, si bien el problema de la época era que la rigidez de los materiales supuestamente elásticos obligaba a crear formar complicadas.

Marilyn, ya en los años 50, no dudo en posar con conjuntos de bikini que acentuaban su figura de “reloj de arena”, la silueta favorita de la década. Los materiales, no obstante, seguían siendo rígidos y no se acoplaban a las curvas. Además, era difícil conseguir que se secasen con velocidad. Pero la mayor parte de las mujeres se decantaba aún por trajes de baño de una sola pieza, de corte tipo corset, con sujeción y control, una estructura y un forro interiores para perfilar la silueta.

Y con los años 60 llegó la libertad. Las jóvenes, habitualmente más delgadas que sus madres, se atrevían a dejar de lado el control de las prendas corseteras de los años 50. Los tejidos elásticos más ligeros y la liberación de la mujer con la minifalda, llevaron a un uso masivo del bikini. Las imágenes de las suecas en la playa de Torremolinos o la de Jane Birkin en la Costa Azul, son fiel reflejo de la realidad del momento.

El original, aunque no siempre favorecedor trikini, hace entrada en los años 70. Se combinan nuevos materiales, de secado más rápido, colores y dibujos muy variados. La moda playera toma una importancia crucial y cada mujer se ocupa de tener un buen repertorio de trajes de baño por temporada. Se crean bolsas de playa, zapatillas especificas, sombreros, cremas y toallas ad hoc.

El punto de algodón, la lana tejida y otros materiales, dieron paso a una omnipresente Lycra en los años 80. Ya nada sería igual. Todas las formas son posibles. Pero la moda, cíclica, vuelve a repetir tendencias pasadas. Y esta temporada, algunos diseños de los años 50 vuelven a  aflorar en los escaparates.

“Riviera Style: Resort & Swimwear since 1900” se exhibe en el Museo de la Moda y de Textil de Londres, desde el 22 de mayo al 29 de agosto de 2015.

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