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Vox y la medida 25

Vox y la medida 25
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Cuando “irrumpió” VOX algunos titulares decían que quería cerrar las mezquitas. Esto era muy escándaloso y, en efecto, muy radical.
La verdad no es esa. Eran titulares falsos, quizás y sin quizás, titulares alevosos. Entre sus 100 medidas hay alguna para ese asunto. Hablan de cerrar mezquitas radicales, wahabistas, salafistas; también de exigir reciprocidad y prohibir la financiación de centros de culto por terceros países.
Detrás de esto habría un entendimiento crítico del islam: parte del mismo, una parte no pequeña, sería radical e incompatible con las instituciones españolas. No el musulmán por el hecho de serlo. No todo el islam.
Pero en su medida 25 hay algo que sí es problemático, o al menos me lo ha parecido a mí.

Sus medidas sobre inmigración pueden parecer duras, pero no hay un sentido discriminatorio. Supone un cambio de paradigma: es el país el que admite la inmigración que necesite. Abre y cierra la puerta. Una vez ahí, puede priorizar la llegada de personas con lazos con España. Esto ya se ha producido en parte, de alguna u otra forma (Cataluña y los no hispanohablantes, por ejemplo) y es debatible. Es decir, establecería un criterio de discriminación más que una discriminación racial o cultural específica ahora mismo. Pero en cualquier caso, estaríamos hablando de no españoles (es decir, de una determinada mirada a la Humanidad) y de una prima al hispanohablante.

Pero es en la medida 25 donde surge algo que ya afecta a ciudadanos efectivos, existentes. Dice lo siguiente:

“Exigir a los responsables de la religión islámica en España una absoluta colaboración para la detección de radicales. Exclusión de la enseñanza del Islam en la escuela pública”.

En virtud de la normativa española y del acuerdo con la Comisión Islámica del año 92, si no recuerdo mal (perdonen la falta de exactitud, es domingo y es la hora del aperitivo), el musulmán español podrá solicitar,bajo ciertas circunstancias, la enseñanza de su religión en la escuela pública. Algo que ya se da en algunos lugares de España.
El criterio de Vox es prohibirlo, pero si lo prohíbe, ¿qué sucede con la católica? Nada dicen de ella, pero es evidente la fuerte influencia católica en el ideario de Vox y su inspiración en cuestiones sociales. Algún miembro se ha manifestado a favor de entender la religión católica como parte del “ADN cultural” del país, también sobre la paradoja de que se quiera eliminar la religión católica de las escuelas mientras se abren a la enseñanza del Islam. Por tanto, es bastante posible entender que Vox pretenda la enseñanza pública de la religión católica prohibiendo, eso sí, la musulmana. Esto no lo he escuchado en las críticas a Vox, que se han centrado en el impreciso “odio” por algunas referencias aisladas que vinculan criminalidad e inmigración, pero me parece (modestamente, porque es un tema muy complejo) lo más desequilibrado y criticable en Vox.
Si se admite la presencia de la religión en la escuela pública, ha de admitirse cualquiera que un número determinado de españoles pueda solicitar bajo ciertos criterios; de lo contrario, hay un tratamiento claramente discriminatorio. Hay españoles musulmanes. Cualquiera de nosotros puede convertirse mañana mismo influido por una crisis vital o una sobredosis de episodios de Homeland. El ciudadano musulmán (me dirá alguien que esto es un oxímoron, pero es algo que no está en discusión aquí) tiene el mismo derecho que un católico. No hay manera de cambiar eso salvo eliminando la raíz de igualdad de la constitución.
Esta medida 25 es entendible solo si:

a) se prohíbe la enseñanza pública de cualquier religión incluida la católica
b) Vox considera que el islam es incompatible con la democracia española. En este caso discriminaría abiertamente a algunos españoles que lo son. El calado de esto para la idea política de Vox es enorme, y desde luego podría afectar a la libertad religiosa de los musulmanes en España. Si es incompatible, ¿puede libremente enseñarse? En las 100 medidas ya contestan eso: sí a las mezquitas no radicales, es decir, que admiten un islam no radical. Si hay un islam no radical, ¿por qué no enseñarlo si se pide y se admite la enseñanza religiosa? Volvemos a topar con una discriminación real.

Creo que esta posible discriminación no se ha tratado porque en ella coincide Vox con parte de la izquierda (que detesta la religión en las aulas), con casi toda la derecha digamos poco valerosa que pocos votos tiene que ganar entre los musulmanes, e incluso con nuestro, cómo llamarlo, “centrismo afrancesado”, que no admite la libertad religiosa cuando afecta a cosas como el burkini. Es decir, que es muy sensible con este tema y muy estricto en la definición de los umbrales de intolerancia con el hecho religioso musulmán. Quiero decir, que en esto Vox no escandaliza porque de alguna forma incide en una visión compartida.
Si nos fijamos, el prejuicio mediático creado para Vox lo opone al mantero, al subsahariano, al de otro color. Esto es una caricatura vil. El asunto está realmente en su posible oposición directa al islam y en los grados y manera en que se manifiesta. En su mucha, poca o ninguna graduación.

Esto es fundamental. El Islam es fundamental porque es lo otro, es el otro. Está, por ejemplo, en toda la iconografía española de Santiago Matamoros. Por eso su entendimiento y aceptación es un asunto crítico. La complejidad de esto es enorme.
Las propuestas de Vox tienen un punto fuerte de realismo, e incluso de valentía, de calado cultural, menos populacheras de lo que se dice, bastante más profundas, en realidad; y tiene también otro punto innegable de oportunismo bajopasional similar al de Trump con algunas manifestaciones sobre el Islam que inmediatamente retiró. Estando tan ocupado el centro, en algunos asuntos Vox ha de entrar por la periferia. Pero esta medida 25 me parece la posición más débil y menos defendible de Vox. Me atrevo a decir (modestamente, y en domingo) que insostenible. En cualquier caso, algo que debería estar en eso que llaman “el debate”.

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