Raúl Castillo el 11 feb, 2016 El movimiento táctico del Banco de Japón (BOJ), llevando la facilidad de depósito de sus bancos a interés negativo, ha dejado a China en una situación complicada. El propio Gobernador del Banco de Japón Haruhiko Kuroda le da consejos a China para imponer controles de capital y defender el Yuan después de ponerle el trabajo mucho más difícil al gigante asiático con sus medidas expansivas. El movimiento nipón ha activado una serie de dinámicas en los mercados de divisas, algunas de las cuales pueden tener consecuencias no intencionadas y provocar un efecto domino en el mercado Forex. Kuroda, lejos de estimular los préstamos a la economía real, devaluar la moneda nipona y crear inflación, cuyo objetivo del 2 por 100 para 2016 está más que lejano, ha activado una bomba de relojería que le acaba volviendo a sus manos. El BOJ ha traspasado toda la presión a China, que, a su vez traspasa todo su problema al resto del mundo devaluando el Yuan y exportando deflación y ralentización económica al resto de economías desarrolladas para intentar salvar su actividad económica. De esta manera, el Yen, lejos de depreciarse se fortalece al convertirse en una divisa más atractiva para el carry trade, con mayor volatilidad y activándose como valor refugio en épocas de pánico en la renta variable como las que vivimos. Hemos llegado estos días ver caer el USD/JPY hasta niveles de 111,60 desde 121,00…básicamente una barbaridad para quienes estuvieran comprados en el dólar contra el yen. Las masivas reservas de divisas de China se redujeron a los niveles más bajos desde mayo de 2012. El Banco Popular de China informó en la segunda semana de febrero de 2016 que durante enero, las reservas disminuyeron de 99,5 mil millones de dólares hasta llegar a un almacenamiento de 3.23 billones de dólares, un poco más que los 3,2 billones de dólares que de los mercados esperaban. El inversor George Soros avisa que la depreciación del renminbi puede llegar al 40 por 100 en los próximos tres años lo que haría temblar a la economía mundial si la devaluación se produjera de manera abrupta y poco escalonada. El banco de inversión francés Societe Generale advirtió está semana que China se está quedando sin reservas y tendrá que dejar flotar el renminbi como moneda libre. En 3.2 billones de dolares el mercado puede estar tranquilo y se mantiene la potencia de fuego masiva para apoyar el renminbi por parte del Gobierno Chino. Sin embargo, los economistas estiman que cuando la cifra llegue a 2.8 billones de dólares, cifra que se alcanzará en pocos meses a este ritmo, las reservas estarán por debajo de lo recomendado por el FMI. Si esto ocurre en próximas fechas, se espera ver una ola de ventas especulativas, obligando al Banco Popular de China a tirar la toalla y dejar que el mercado decida el nivel de la tasa de cambio del renminbi. La caída en las existencias habría sido aún mayor de no haber sido por la fuerza en otras monedas que China tiene en reserva. El euro fuerte y el yen, acumulados por China durante años, ayudaron en estas semanas a levantar la valoración de las reservas, que se presentan en dólares estadounidenses. Todo esto acompañado por una economía en Estados Unidos que, por más que sus autoridades hacen por transmitir confianza, no despega y la primera subida de tipos de la FED ha provocado una estampida en las bolsas y la debilitación de dólar frente al euro y el yen. El movimiento de Kuroda nos retrotrae a aquella novela juvenil que leíamos de “Las aventuras del Barón de Münchhaussen”, un personaje del siglo XVIII, cuyas aventuras imposibles se popularizaron a través de un cuento sobre sus “hazañas” a finales de ese mismo siglo. En aquella novela, este noble alemán se alistó en el ejército ruso y, una vez retirado, se dedicó a contar sus hazañas de una manera harto exagerada, con lo que su leyenda fue creciendo y dio lugar a sus relatos fantásticos recogidos años después en un libro editado en Inglaterra por Rudolf Eric Raspe, que da lugar al clásico de la literatura juvenil que llega hasta nuestros días. Entre las exageraciones de Barón más extravagantes están cabalgar sobre una bala de cañón, viajar a la Luna y salir de una ciénaga tirándose de su propia coleta. Pues, bien esto es exactamente lo que el Gobernador del Banco de Japón Kuroda parece querer estar haciendo cuando, al añadir más y más medidas expansivas, lo único que consigue es que el yen, lejos de depreciarse, se vaya a las nubes como moneda refugio, al activar en los mercados una serie de dinámicas que obligan a China a devaluar el yuan y exportar deflación al resto del mundo, con el consiguiente pánico y hundimiento de las bolsas. Lo que está intentando Kuroda es sacar al Japón de ciénaga deflacionaria en la que se encuentra tirándose él mismo de la coleta, lo cual puede que funcione en la imaginación del Barón de Münchhausen y la legión de seguidores de sus aventuras, pero no en el mundo real de los banqueros centrales y de la economía mundial. Quizá los banqueros centrales deben aprender que la trasgresión de la realidad, sus leyes naturales y físicas, solo es posible en el mundo de la literatura. En el ámbito de la política monetaria, parece que los aprendices de brujo y los demiurgos, lejos de arreglar los problemas, los agudizan. Veremos donde acabamos. Otros temas Comentarios Raúl Castillo el 11 feb, 2016
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