El Mundial de Motociclismo comienza en el Gran Premio más caro del planeta. El asfalto de Losail, en Qatar, es el más bonito del mundo cuando las luces iluminan el trazado para disputar las carreras con la luna como testigo estelar. El derroche de dinero que el gobierno qatarí realiza para tener esta cita en el campeonato choca con la crisis económica que vive el mundo.
La organización coloca todas las fuentes de luz y la potencia que han solicitado los pilotos para verse bien en las curvas. No hay ni una queja. No puede haberla. Es una cita de ensueño. Lorenzo, Pedrosa, Márquez, Rossi, Maverick, Pol, Luthi, Salom, Folger, toda la parrilla de oro compite en el circuito más rico del universo. Si se les pide reasfaltar, se ponen a ello. No puede haber ninguna justificación de un piloto por el mal estado de Losail.
Lo inevitable es que el polvo del desierto penetre en el trazado. El dinero no puede frenar la fuerza de la naturaleza. Pero el campeonato empieza en el mejor sitio posible. Todo es inversión, riqueza. El dinero se palpa. Marco incomparable para que Lorenzo, Pedrosa, Rossi y Márquez estrenen el gran duelo del año. El combate esperado. Cuatro grandes en la lucha por la corona. Tres veteranos y un novato para picarles. Nunca el Mundial tuvo cuatro candidatos al éxito. El joven Marc se desmarca de su favoritismo, pero todos le incluyen en la pelea. Comienza el espectáculo.
Otros temas Tomás González-Martínel