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Blogs Vendiendo Motos por Tomás González-Martín

Peligrosa campaña de Rossi contra Márquez

Tomás González-Martínel

Resulta que Rossi encierra a Márquez en una curva del circuito malayo de Sepang y el culpable es Márquez por pelearle la tercera posición. Resulta que Valentino impide la circulación a Marc en Malasia, hecho que es castigado con una bandera negra en carrera y otra de suspensión como mínimo, y el culpable es el pupilo de Alzamora por luchar por el tercer puesto cuando no le iba nada en el combate. Resulta que aquella actitud sumamente antideportiva del italiano, que habría dado el título a Lorenzo en Malasia, es lo que debería criticarse con suma alevosía dialéctica y toda la prensa italiana se ha subido al carro de su ídolo para que se condene al asesinado deportivo y no al asesino deportivo. Italia no puede admitir que el deportista más importante de su historia, y es una historia enorme, acaba su carrera denostado por antideportividad. Y han buscado al nefasto enemigo extranjero, primitivismo recurso de dictadores como Mussolini, para escudar a Valentino de su vergüenza deportiva. Unas vergüenzas demostradas por Honda con la telemetría, al tocar con su pierna el freno de Márquez en Sepang y tirarle inmediatamente. Fuera patada o fuera golpe, lo más grave fue cerrar a su rival en una curva. esa acción debió dar inmediatamente la corona a Lorenzo, porque es sancionada con la expulsión de la carrera y la suspensión por una o dos más.

Pero no, los pseudoperiodistas adeptos a Valentino, muchos de ellos ajenos a las dos ruedas, hicieron cambiar la realidad con campañas dialécicos de acoso televisivo a Márquez, desde programas del corazón  programas políticos. ¡Sí, políticos, que no hay mejor formar de sumar votos que declararse fan de VR46 aunque no le hayan visto correr!. Raudos surgieron los corre ve y diles (gracias García, impagable la frase) de la prensa ítala para justificar la patada o empujón de Valentino a Márquez en Malasia. Dijeron que el español calentó al italiano, pobrecito, que está acostumbrado a que rivales como Iannone se pongan el 46 en su pecho (la gracia que les hará a sus patrocinadores) y se caigan en pista para dejarle paso y no pelearle la posición. Porque Andrea, con tu Ducati, Rossi tarda cinco vueltas en adelantarte, si es que lo consigue. pero te quitaste de en medio, haciendo patria. Y Ducati, fuera de combate. Fuera de juego.

Ha sido tal la campaña de la prensa, la televisión y la radio italianas que, una vez terminado el Mundial, con Lorenzo campeón, el ataque contra Márquez persiste como si fuera un delincuente. Y en este Mundial el único delincuente deportivo ha sido Valentino. Pero había que desviar las críticas, traducir en falso el mensaje y convertir a Marc en el máximo culpable de todo. Transforman la realidad y acusan a Marc con visión de futuro, porque saben que el niño de Cervera volverá a ser el rival a batir el próximo año.

Tendrían que ver ustedes a los programas populares de la televisión italiana para ver cómo atacan al piloto de Honda. Mientras el padre de Rossi habla de una carrera de Valencia antideportiva, los invitados a los programas televisión hablan de un Márquez cretino y le dicen que no saben que hace todavía en el motociclismo. Que debería retirarse. Del gran éxito de Lorenzo en Cheste no dicen nada. De su récord del circuito no dicen nada. De su ritmo constante en el Gran Premio de Valencia que consolidó su tercera coronación no opinan nada, para no descubrir las verdades.

La única verdad es que Lorenzo es un gran campeón. Y la otra verdad es que Valentino, en su prepotencia mental habitual, cometió un enorme error. Un error de campeonato. Y no hablo de la manera de encerrar a Márquez en una curva de Sepang. No hablo del empujón en la pista a Márquez. Ni de la presumible patada. Ni del golpe de la pierna de Rossi en el freno del catalán. Hablo del fallo táctico grave que Valentino cometió al meterse con Márquez en la rueda de prensa del jueves previa al Gran Premio de Malasia. Le dijo que iba con Lorenzo y que ayudaría a su compatriota. Le enfadó. En vez de ganárselo con miel y peloteo, le atacó. Claro, Rossi no puede admitir darle jabón a un rival, porque él se considera el más grande. Pues no, amigo. Rossi, no eres el más grande. Solo lo eres en parafernalia mediática, no en la pista. Márquez es el referente del motociclismo desde que debutó en 2013 y os arrolló a todos. Y pudiste ganártelo con lisonjas. Pero eso no va con tu orgullo.

Hablemos claro, Valentino: Lorenzo, Marc, y Stoner te han ganado desde 2010 a lo largo de seis temporadas en las que te han dejado segundo, tercero y mucho más atrás, cuando pilotabas una Ducati. Jorge te ha ganado el título tres veces, en 2010, 2012 y 2015. Márquez, durante dos años, el bienio 2013-2014. Stoner, en 2011. Y el próximo curso, Lorenzo y Márquez volverán a luchar contigo. Tu orgullo prepotente te hizo perder este título, porque Márquez y Lorenzo no son amigos, son rivales. Se respetan, pero no se quieren. Y tu no supiste manejar esa realidad.

Eres orgulloso y el orgullo te ha perdido Rossi. Ya te pasó en 2010, cuando Lorenzo acabó con tu mito y te fuiste a Ducati, que era una moto Fever pintada de rojo, porque no podías soportar que Jorge te hubiera ganado el Mundial con una máquina que tu pusiste en órbita. Si supieras bajar los humos, hoy serías campeón del mundo. Pero el humo cegó tus ojos, como decía Louis Armstrong con sus cuerdas vocales destrozadas de tanto soplar su trompeta.

Rossi, tu trompeta dialéctica del divide y vencerás ya no cuela. Lorenzo y Márquez no son Biaggi y Gibernau. A Lorenzo nunca le diste miedo. A Márquez, tampoco. Y tú, Rossi, eres el responsable, con tu campaña de acoso a Márquez, de lo que le pueda pasar al ilerdense a partir de ahora en un circuito. Hay gente muy loca que se creen estas cosas de verdad, Valentino. Tú sabrás lo que haces. A usted, Valentino (ahora le hablo de usted, usted que fue mi ídolo) le aplaudieron en Valencia aunque se mostró sumamente antideportivo en Malasia. En España somos así, quijotes. Cuidadito, porque en Mugello y en San Marino no son Quijotes. A Lorenzo le han pitado siempre solamente (y nada menos) porque el mallorquín fue quien acabó con su mito, Valentino. Cuidado, Rossi, porque Márquez debe vivir, dormir y competir en Italia y en San Marino. Y tus adláteres han hecho una campaña que dicta que Marc debe ser retirado del motociclismo, por antideportivo y cretino. Alucinante, perro cierto. Peligroso todo esto. Rossi, a ver hasta donde llegan tus abraza farolas (gracias García de nuevo).

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