Lorenzo ha vuelto. Era la segunda definición tras el sexto triunfo del nuevo ídolo del motociclismo mundial, Marc Márquez, un español universal que ha tomado el testigo de Valentino como icono del mundo de las dos ruedas. El único que puede frenar al ilerdense es Jorge. Y Alzamora lo sabe. El piloto de Yamaha comenzó mal la temporada, sin adaptarse a los cambios de su moto, falto de su forma física habitual. Ahora ha reencontrado su camino. El doble campeón del mundo de MotoGP posee la voluntad, la valentía y el riesgo de Marc. Y el catalán también lo sabe. Son los dos mejores espadas de la categoría absoluta.
La pelea en tierra de Rossi plasmó ese combate de virtudes. “Giorgio” es el único rival de verdad para el joven campeón. El Mundial le necesita. Le agradece que haya vuelto. Porque el paseo de MM93 en este campeonato daba casi vergüenza. Y Lorenzo regresa dispuesto a jugársela hasta el final.
Retorna el balear con el anhelo de acabar con esta marcha cuasi militar de Marc. Lorenzo, el hombre que robó a Valentino del liderazgo en Yamaha, no admite que este compatriota les saque los colores con esta facilidad. Desde ahora, ya en Montmeló el próximo domingo, piensa meter la moto al límite. Márquez se jugará mucho más si entra en el golpe cuerpo a cuerpo. En el asfalto de Mugello le salió bien. No siempre será así. Y encabeza el Mundial con amplia diferencia, mientras que el mallorquín busca victorias en grandes premios.
Hasta ahora, el número 93 ha arriesgado a tope porque no tenía enemigo que le siguiera el ritmo. A partir de Mugello, se paisano le va a seguir el ritmo. Y le va a plantar cara. Y le introducirá la M1 en las costillas. En Italia fue Marc quien le colocó la moto al lado de su cadera, reglamentariamente, para alcanzar la victoria, sin pensar en el título. En el Gran Premio de Cataluña, en el circuito más conocido por los dos campeones, Jorge será quien ponga la maneta donde haga falta para vencer. Le dirá claramente a su enemigo que no cederá. Le hará ver que él se juega mucho más y no piensa arrugarse.
Decía Biaggi, buen amigo de Jorge, que el Mundial no tiene atracción por la clara superioridad de Márquez. Pedía el retorno de Lorenzo para recuperar la belleza de la pelea en MotoGP. Tenía asumido que iba a suceder. Así ha sido. Solo esperamos que el enfrentamiento sea deportivo, como vimos en el asfalto ítalo. Que no se repitan las malas caras de la pasada temporada, cuando el mallorquín le negó el saludo tras un choque de trenes en la curva más famosa de Jerez.
El motociclismo ganará con esta guerra deportiva. Son dos españoles, nuestros mejores pilotos de la historia junto a Ángel Nieto. Es precioso ver la calidad de nuestros representantes al más alto nivel. Pelean dos compatriotas por el reinado absoluto del motociclismo, como los estadounidenses Roberts y Spencer en su día. Es un lujo. Que siga la fiesta. Y por las tardes, tras ganar en la pista, presencian las victorias de Nadal desde el “motorhome”. No es un sueño. Es una realidad.
Otros temas Tomás González-Martínel