Astucias psicológicas. Movimientos dialécticos. Filtraciones. No ha acabado el Mundial 2012 y la tensión de la próxima temporada comienza a surtir efectos. Marc Márquez y Valentino Rossi serán en 2013 los “segundos” pilotos de Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo. Y nadie se lo cree. Jeremy Burgess, ingeniero jefe de Valentino, ha tirado la primera piedra contra el mallorquín cuando todavía sobrevive en Ducati en un segundo año discreto. Manifiesta el británico que Yamaha ficha al italiano para que le desarrolle la moto, porque Lorenzo no sabe hacer esa misión. Vuelve el enemigo en casa, piensa el líder actual del Mundial de MotoGP, que ha pedido a las huestes de VR46 que respeten a los demás y no funcionen como capos. Ya los soportó durante tres campañas, desde 2008 y 2010. Marc Márquez siempre ha sido respetuoso con Dani. Ascenderá a la cilindrada absoluta con el fin de convertirse en un futuro campeón. Es su meta. Pedrosa sabe que el ilerdense posee la calidad de los grandes ganadores y asume que su compatriota será un duro adversario interno. Pero es una rivalidad deportiva, sana, sin los navajazos que ya vuelan por la cabeza de Lorenzo. Rossi y Burgess deberían cambiar esas viejas tácticas y dedicarse a mejorar en la pista, cosa que no han hecho durante dos campañas.
deportes Tomás González-Martínel