Las verdades rompen fronteras. A Rossi le gustaría que su sucesor en el trono fuera italiano. Sin embargo, la cantera no funciona en su país. Su amigo Simoncelli no posee la estirpe de los grandes campeones y el resto de compatriotas son del montón. Valentino soporta con dificultad el éxito de Lorenzo y sabe que el futuro es Márquez. Se lo ha dicho en la cara: “Marc, vas a llegar muy lejos en el motociclismo”. Y así lo desea, con tal de acabar con Jorge. Márquez se ha convertido en el claro objeto de deseo de las escuderías. Esta semana anunciará oficialmente el equipo y el chasis de Moto2 que liderará en 2011. Se augura que tomará el testigo de Toni Elías en Moriwaki. Lo que Emilio Alzamora negocia es que el piloto con mayor porvenir del “paddock” reciba el mejor apoyo técnico, mecánico y humano para no equivocar el tiro en su ascenso a la cilindrada de 600 centímetros cúbicos. Es clave no fallar. No perder el tiempo en una casa que no se encuentre a la altura del campeón. El mentor de Marc acertó al elegir al finlandés Aki Ajo para triunfar en 125 y ahora debe poner “la moto a punto” para seleccionar el grupo que puede hacer campeón a su pupilo en el estreno en Moto2.
Ilerdenses ambos, el chaval vive una progresión imparable que no puede ser cortada con una moto que no sea puntera. El niño de Cervera tiene otros seguidores de primer nivel. Pedrosa y Stoner ensalzan la seguridad que demuestra en el asfalto. Su amigo Dani es un buen ejemplo de lo que supone debutar en una cilindrada y vencer. Pedrosa lo hizo al ascender a 250, con victoria en la primera carrera y título al final de la temporada. Ese es el objetivo de Alzamora. El “Petit” está preparado para subir y ganar. Rossi lo hizo en sus segundos años en 125 y en 250. Marc se proclamó campeón del octavo de litro en su tercera campaña. Quiere acortar los plazos en Moto2.