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Blogs Vendiendo Motos por Tomás González-Martín

Márquez, la joya de la futura corona

Tomás González-Martínel

Los profesionales del motociclismo se sorprendieron por su calidad demostrada en el Mundial de 125 y no dejan de quedarse con la boca abierta ante el poderío que evidencia en su nueva andadura en Moto2.

El año pasado dejó helado al “paddock” al vencer en Mugello y comenzar una racha de diez victorias que le elevó a la gloria del título. En Italia, hace un año, salió del caparazón. Ese que necesitaba romper para explotar. Llevaba tres años intentando ganar un gran premio y no llegaba. Al principio, por su pequeñez, que aprovechaban sus enemigos para derrotarle en el cuerpo a cuerpo. Pero a medida que el niño creció, los rivales rebotaron cuando chocaron con el ilerdense.

Empezó así una racha de victorias que ahora ha vuelto a a lucir en la cilindrada de 600 centímetros cúbicos. Sí, se cayó y le tiraron en las tres primeras carreras de 2001. Sí, él también tiró a un adversario. Pero era su forma de aprender, deprisa, deprisa. Rodaba por los suelos porque solo corría para vencer. Y eso es una gran virtud, porque muchos pilotos no confían en sí mismos y se conforman con aspirar al podio.

Es la mentalidad del chaval la que admiran los directores de los boxes del Mundial. Todos querrían contar con el pupilo de Alzamora. Les da envidia la moral de este niño de 18 años. Sus condiciones y su potencia mental es la que todo director anhela para añadirle sus enseñanzas en los pocos puntos débiles que posee este “jinete”. Ahora ya ha captado el límite máximo de agresividad que puede aplicar para luchar por el triunfo. Y suma tres éxitos durante la presente temporada, en Le Mans, en Assen y en su querido Mugello, donde repitió laureles, esta vez en una categoría superior.

Italia le vio ascender hacia el himno en 2010 y ahora ha vuelto a escucharloen el mismo podio, un año más “viejo”, un poco más alto, un poco más grande. Más piloto. Bradl está preocupado porque es el único contrincante que le puede arrebatar la corona. Y le preocupa porque Marc es capaz de todo. Un profesional que únicamente sale a ganar es un problema para el resto. Y hasta el alemán sabe que el español es el piloto con mayor porvenir del gran circo. 

En dos años espera competir contra Lorenzo, Stoner, Pedrosa y quien sabe si Rossi. Y Repsol intenta que su nuevo diamante, nada bruto, bien tallado, no tenga que pasar el purgatorio reglamentario de los equipos privados antes de llegar al Honda Repsol de MotoGP. Porque es la joya de la futura corona.

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