El año pasado volvió a pagar en el Dakar el favoritismo hacia Cyril Despres, su compañero de viaje y enemigo de por vida. La orzanización del raid es francesa y hace patria. A Cyril se le permiten cosas que a otros pilotos se les prohíben. En la edición 2012, el galo no atendió a un compañero caído y continuó carretera y manta, que aquí lo importante es ganar y rentabilizar patrocinadores, que la vida está muy achuchada. Marc Coma regresa a la prueba que ha marcado su trayectoria profesional con la intención de conquistar su cuarto título. Vencedor en 2006, 2009 y 2011, el español busca el más difícil todavía. El pasado mes de enero se indignó cuando oservó el video que ofrecía la escapada de Despres cuando vio al piloto tirado en el suelo. Ya sabe con quien se las gasta. Marc debe vencer a su rival del alma y no respetarle tanto. Que él no respeta a nadie.
deportes Tomás González-Martínel