Es el director que más arriesga en el Mundial. Ha creado una estructura ideal para sus pilotos. El joven que comienza con Jorge Martínez Salvadores en el Campeonato de España puede ascender al Mundial de 125, subir después a Moto2 y alcanzar finalmente el sueño de MotoGP.
Todo depende de su rendimiento, porque Aspar le concederá las mejores motos en el CEV y posteriormente en los Mundiales de 125 y de Moto2. Ahora da un paso más al colocar en 2012 dos máquinas CRT (Claim Rules Team) en la parrilla de la categoría grande.
Dejará una montura oficial, la Ducati satélite, en pro de presentar dos pilotos en la división absoluta. Comprende bien el objetivo que persigue Carmelo Ezpeleta, el director ejecutivo de este negocio, y se adapta al futuro que viene.
El CEO del motociclismo quiere aplicar en 2013 una rebaja de las prestaciones de las motos oficiales para que las CRT estén más cerca de las Honda, las Yamaha y las Ducati. Para las que Claims Rules no sean comparsas. Y Aspar es el pionero en acogerse a este porvenir.
Sabe que en 2012 habrá ocho CRT. En 2013 pueden ser doce. Mayoría. Y Jorge Martínez tendrá una experiencia mayor que nadie con ellas. Para ello ha fichado a Randy de Puniet, un gran piloto que brilló con la Honda LCR. Será su líder en MotoGP, a bordo de una CRT derivada de una Superbike de Aprilia. El francés piensa dar guerra a los prototipos oficiales. Junto a Randy correrá Aleix Espargaró, que también posee kilómetros al más alto nivel.
Carmelo Ezpeleta querría que hubiera más de un Aspar en este mundo de las dos ruedas. El BQR, con Ricard Jové, también aspira a competir en las tres cilindradas. El colombiano Hernández ha probado una CRT para subir de categoría.
Son responsables de equipo que responden a la crisis con mayor inversión en pilotos. Valientes en busca de la “pole” estratégica del futuro.
deportes Tomás González-Martínel