Oti Marchante el 21 may, 2015 Antes de contar algo, poco, de lo último, voy a hacer un enlace con la crónica de lo penúltimo, lo de Sorrentino y Jia Zhang-Ke. ENLACE CRÓNICA SORRENTINO Y JIA ZHANG-KE De lo último, no he ido a ver, lo juro, la película porno de Gaspar Noé, primero, porque había tanta gente pegándose por entrar, que he preferido irme a tomar un cortado; segundo, porque no está aquí para nada especial salvo para figurar, y tercero porque a mí este Noé no me sube fácilmente en su piragua, porque ya he visto otras películas suyas con absoluto rechazo, y no creo que en el género del porno duro me vaya a cambiar la opinión. He preguntado a algunos de los que la han visto, pero en general se suelen hacer los estrechos: “no, si yo solo vi un rato…”. Si he visto la de Hou Hsiao-Hsien, y soy de los pocos a los que dejó despiertos en la gigantesca sala. Y no presumo por ello, pues fue involuntario por mi parte. Se titula “The assassin” y, en teoría, es eso que se llama wuxia, o sea, de artes marciales, trompicones y espadazos. En la práctica es otra cosa…, creo que lo explico en la crónica que publica en unas horas ABC… Resumiendo: Hsiao consigue que la historia de siempre (todas esas son igual) no se entienda nada, lo cual es su mayor mérito. No es fácil mantener la cámara siempre en otro lado, y que los diálogos y la bonita puesta en escena sean pura dormidina. No es que no pase nada, que probablemente algo pasará sin que nos enteremos…, es que te da una bajada de tensión que roza lo peligroso. Que conste que a mi todas las películas del maestro Hsiao me parecen igual de insoportables que esta. La de Jacques Audiard no era hipnótica ni narcótica, se titula “Dheepan” y trata sobre un personaje con algo de sentido (también dramático), un combatiente tamil que huye de Sri Lanka con una mujer y una niña (no son las suyas, pues toda su familia ya ha muerto) y se radica en las afueras de París, en una zona probablemente no menos conflictiva que de la que viene. Trata sobre la adaptación, las huellas de la guerra, la capacidad de superviviencia y la necesidad de reinventarse. Está muy bien hecha y matizada por Audiard, aunque yo no la consideraría de las favoritas para el Palmarés. Y esto se acaba, pero, ¿quién lo lamenta? Otros temas Comentarios Oti Marchante el 21 may, 2015