Oti Marchante el 09 abr, 2007 Me ha sorprendido ver dos pelÃculas de Kurosawa hechas antes de 1950, o sea, antes de ‘Rashomon’ y de su impacto mundial. Una de ellas, ya la mencioné dÃas atrás, ‘El perro rabioso’, un pelÃcula extraña porque es al tiempo muy negra y muy exterior, dos conceptos que no se suelen dar juntos. El negro y el policÃaco tienden a los interiores. Y la otra, coetánea y absolutamente distinta, se titula ‘Un duelo silencioso’ (en ambas, como en tantas otras, el protagonista es Toshiro Mifune), absolutamente de interior y reconcentrada en sà misma; se centra en la figura de un cirujano que se contagia de sÃfilis mientras interviene a un paciente. El calor, el sudor, la tensión interna y los conflictos morales y de culpa son el aliño de ambas pelÃculas: en la primera a causa de un arma que le han robado al policÃa (Mifune) y que está causando estragos en la ciudad, creándole a su antiguo dueño un profundo sentimiento de culpa, y en la segunda a causa de la ética estricta del cirujano (Mifune) que ha de abandonar a su prometida sin aclararle las circunstancias con el fin de que pueda rehacer su vida… Son dos pelÃcula curiosÃsimas de este director de insuperable anchura narrativa, épico y virtuoso, preciso y shakespeariano…, que también puede colocar en un platillo chico dilemas brutales y morales al estilo con el que treinta o cuarenta años después lo harÃa Kieslowski. De todos modos, el emperador Kurosawa tiene demasiados lados por los que ser visto, y éste es sólo uno, y de los más chiquitos. Otros temas Comentarios Oti Marchante el 09 abr, 2007