No sé lo que dirán por ahí, pero aquí no puedo decir otra cosa más que lo mucho que me ha divertido la película de Ken Loach, “The angels´Share”, una historia de canallas y perdedores pero contada con un frescor y un sentido del humor estupendos. El aroma al buen whisky impregna, además, la historia. Yo creo que el festival necesitaba algo así, tras los sofocones de Audiard, Haneke, Mungiu y demás. Se lo pagarán con el elegante olvido, seguro.
Lo de Bertolucci, “Io e te”, es blandito y majete, con lo de siempre, la droga, la madre, la juventud… y lo de Dominik, con un Brad Pitt con perilla y con pistola, pues supongo que habrá decepcionado a los que esperaban más de él. Como no es mi caso, yo estuve entretenido con esa historia negruzca de pringados y asesinos profesionales que se titula “Killing them softly”.
También me dio tiempo a ver la de Antonio Méndez Esparza, “Aquí y allá”, una película especial, rodada con sencillez entre gentes sencillas y que ofrece un México desde otra perspectiva que la violenta, aunque no menos trágica.
ENLACE A UNA CRÓNICA DE HACE MIL AÑOS
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