Supongo que llego el último para recomendar “La boda de mi mejor amiga”, pero el último es siempre un buen lugar. Kristen Wiig tiene no sólo un apellido moderno, sino que tiene también un discurso de última hora sobre la mujer (el mismo o parecido que han tenido las grandes mujeres del siglo pasado), el amor, el macho de su especie y otros asuntos tan relevantes como los diseñadores de trajes de novia. No es difícil divertirse viendo esta película, a la que le sobra algún flato y le falta quizá algún actor sorpresa, como por ejemplo Mourinho, que hubiera quedado sembrao en el personaje de Jon Hamm (el de Mad Men), un chulazo tan repasao que hasta tiene su gracia.
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