Bueno, lamentablemente, los peores presagios con la peli de Malick se han hecho realidad. Pitada, abucheada, también aplaudida, la película es una perfecta mezcla de dos cosas: todo y nada. En los momentos en los que no se le va la olla, Malick consigue extraerle a esos niños, a esa familia, a esas relaciones sutiles, todo el cordado genético de nuestra especia, desde el amor, al odio, la flaqueza, la ausencia, la protección…, en fin, todo, ya digo. Pero la olla de Malick está para hacer una sangría, y tiene un grandísimo punto Juan Salvador Gaviota la peli que da un poco de alipori. De todos modos, y por llevarle la contraria a todos los insensatos que la emprenderán con Malick mientras que ponen por las nubes el truñazo de Bruno Dumont, “Hors Satán”, una de las pelis más ridículas que he visto en lo que va de mes, diré que “El árbol de la vida” no es un peliculón, pero es una pena, porque tiene madera para ello. Lástima que al pesado de Malick no le haya tocado en suerte un buen Querejeta para quitarle la hojarasca.
Y la peli de Bonello “L’apollonide” estaba más o menos a la altura de la de Dumont, aunque en vez de en la campiña transcurría en un lujoso burdel. Sin interés.
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