En efecto, la película irani “Nadir y Simin” es la película que necesitaba el festival, grande en todos los sentidos. Una imagen a lo muy ancho de la sociedad iraní, una historia impresionantemente llevada, en equilibrio narrativo la separación de una pareja y los problemas del hombre con la justicia por un malentendido terrible… Está a años luz de todo el cine visto hasta ahora.
He intentado enlazar con la crónica del día, pero aún no la he visto; en cuanto la localice, la pondré aquí.
Puesto queda el enlace con la crónica
Bela Tarr…. “El caballo turinés” es una película insoportablemente larga y machacona, y son esos 146 minutos los que la hacen así… Si no durara tanto, no sería tan insoportable, pero entonces no lograría Bela Tarr que su película sea todo lo insoportable que necesita ser. Su esitlo habitual, la cámara sujeta a la concha de un caracol, va revelando la escena, la historia, mientras que una música obsesiva vuelve, y vuelve, y vuelve… La fotografía en blanco y negro, las figuras, los rostros, de los dos protagonistas, cincelados contra un fondo miserable, deprimente… No le recomendaría a todo el mundo que viera de principio a fin esta película, pero a una persona, a una sola persona, sí se lo recomendaría.
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