Menudo año de cine español. Las candidaturas a los premios Goya no son ya un sÃntoma: es la enfermedad. ¡Qué aburrimiento ¡ ¡Qué sensación de hastÃo! ¡Cuánta lasitud y ausencia de intriga! Salvo excepciones, y pocas, se podrÃan confundir con las candidaturas de hace veinte años. Póngase uno la mano en el corazón y diga: soy partidario incondicional de ….… , y rellene los puntos con uno de los tÃtulos de este año. Si estará la cosa chunga, que ni siquiera me da argumento todo esto para terminar un post con algo de enjundia.
Nada. No se me ocurre nada que decir sobre los Goya que se nos preparan de aquà a un mes o dos. A lo mejor les da a algunos por animarlo, ponerse unas camisetas y hacer alguna ‘gracia’. En fin, tal vez alguien de ustedes vosotros sepa como reconducir este asunto hacia algún lado interesante. Pobre Goya.