Oti Marchante el 25 mar, 2009 El estreno este fin de semana de Retorno a Hansala permitirá a cualquier espectador que lo pretenda congraciarse con el cine español. La película de Chus Gutiérrez es cercana y emocionante, está llena de sentido cinematográfico y común, y de buenos personajes y buenos sentimientos. Como tal vez ya sepan todos, “Retorno a Hansala” es el viaje de “vuelta” que emprende una joven marroquí a su pueblo acompañada del cadáver de su hermano (ahogado en ese mar de pateras) y del encargado de una empresa funeraria al que se le apilan los sin papeles y sin vida. La mirada se va, pues, hacia la causa no hacia el fin, al origen y no al desenlace fatal. A mí, la película me sirvió, casi, como unas gafas correctoras, con lo difícil que a veces resulta que la vista alcance a ver las cosas como son (como son, al menos, en muchos casos). Le agradezco a Chus Gutiérrez que me haya permitido ver lo que era evidente: esos cadáveres que flotan en las playas españolas tienen un hilo atado a algún sitio, y al final de ese hilo hay gente, familia, dramas, sueños… O sea, tópicos y lugares comunes, que es de lo que se compone el ser humano además de agua con más o menos sal. Animo a verla. Y a ver lo que muestra y sugiere. Otros temas Comentarios Oti Marchante el 25 mar, 2009