Oti Marchante el 05 abr, 2010 Los zarpazos que sin inmutarse les propina Alida Valli a Gregory Peck y a Joseph Cottens en “El proceso Paradine” y en “El tercer hombre” serían suficientes para nombrarla la auténtica mujer pantera del cine. Ni siquiera la astuta cámara de Hitchcock fue capaz de convertirla en otra cosa que fascinante en su papel de fría (¿fría?) asesina. La mirada en primer plano de aquella Alida Valli, la anterior a Visconti, Antonioni, Pasolini, Bertoluci o Franju, no admitía “partenaires”: le hubiera derribado del caballo a John Wayne. Su contraplano palidecía peligrosamente, por eso tuvo que dejar el cine americano y refugiarse discretamente por aquí en lo alrededores. Bueno, por eso y por el oscuro asesinato de una modelo italiana en el que estuvo indirectamente implicada. Es curioso que viendo el documental “Carlos Lucas, retrato de un actor de reparto”, de Santiago Aguilar, a uno se le pueda aparecer el increíble primer plano de Alida Valli. Otros temas Comentarios Oti Marchante el 05 abr, 2010