No hay grandes dudas acerca de que el estreno de este fin de semana es “Interestellar”, la odisea espacial de Christopher Nolan. Es una película en todos los sentidos grande, de una ambición visual irrebatible y también con una enorme vocación emocional. Dice sobre ella mi amigo Carlos Boyero, después de anotar con precisión muchas de sus virtudes, que es una película que respeta pero que no ama; de mí, no sabría decir si me produce ese sentimiento que tan ocasionalmente te provoca el cine. O sea, “Interestellar” me deslumbra, me pone alerta, me instruye no sé muy bien en qué, me solidariza con algunas de las emociones que sienten sus personajes y me anima a ver más veces esa lucha imposible contra el final de una especie. No me arriesgaré a decir que la amo (algo que, no sé si bien meditado, tampoco diría de “2001”). Y estoy en completo desacuerdo con los argumentos que algunos críticos han esgrimido para quitarle importancia, como su excesivo texto teórico o su enrevesada explicación científica… Hasta yo, un indocumentado hasta niveles preocupantes sobre otra idea del Espacio y del Tiempo que no sean unos minutitos en una terraza de café, entiendo sin problemas lo “gordo” de la propuesta interestellar de Nolan. En fin, y aunque tengo la impresión de que se podría decir de esta película de Nolan mucho más de lo que yo he dicho en mi crítica de ABC, enlazo con lo escrito por si sirve para algo.
En otra constelación cinematográfica mucho más pequeña se ha estrenado “Blue lips”, un cruce de seis historias dramáticas que confluyen en Pamplona, con el primer día de San Fermín de fondo.
Pero esta semana los estrenos han llegado hasta la docena, señalo también el de “Los niños del cura”, película croata de enorme éxito en su país y que habrá un público al que le merecerá la pena verla. Por si le sirve de pista a ese hipotético público, hago un enlace a la crítica. (“Los niños del cura”)
Otros estrenos, “Justi&Cia” o “El amor es extraño”, película de Ira Sach de historia conmovedora sobre un matrimonio gay con la gran interpretación de John Lithgow y Alfred Molina.
Y, en fin, visto lo de Savall y lo de Colita, tal vez debieran plantearse preguntar antes de conceder los Premios Nacionales de Cultura. Misterios del Ministerio.
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