Oti Marchante el 21 ene, 2014 Momento de la escena más “potente” de la película Venía yo a decir, a propósito de la primera píldora navideña de “Nymphomaniac Volumen 1 (lazo en el que ya se detecta el paso decidido hacia la petulancia)”, que me había recordado a ese plato de sopa que es el primer vuelco de un cocido y que, supuestamente, prepara el estómago para lo que se avecina. He visto el “Volumen 2” y tengo que decir que, tras el primer plato de sopa, te vuelca Lars Von Trier ¡otro plato de sopa! El conjunto es, a mi juicio, disparatado, a pesar de que me huelo que quien quiera ver en él “una profunda reflexión sobre el sexo, el deseo y las coles de bruselas” tiene ahí material de sobra. Me gustado menos la película entera que su primera mitad, por raro que suene esto; supongo que por el morbillo que tenía esa historia (demencial) con la jovenzuela Stacy Martin, personaje que alcanza aquí la madurez con Charlotte Gaingsbourg ya en los dos papeles, de narradora y de fornicante. No quiero pararme en el desenlace, el cual me hace ver que a Lars Von Trier se le apagó la poca luz usada aquí: un hombre al que yo siempre le había visto lucecitas. Pero, antes, hay pasajes de la narración que no soportan la mirada fija de un adulto leído, a pesar de que envuelva kilos de banalidad y chorralidad entre gran aparato de fingida erudición. Y las zonas escandalosas, francamente, las hubiera podido ver como Verónica Forqué en la peli de Almodóvar, limándome las uñas. Otros temas Comentarios Oti Marchante el 21 ene, 2014