China Central Place World of Business. Algo así como un mundo de negocios en el lugar central de China reza en el cartel situado tras este vendedor ambulante de frutas de Pekín. Puede que sus negocios con las piñas y naranjas no sean, precisamente, a los que se refiere la valla publicitaria que anuncia la construcción de una nueva galería comercial de lujo, pero sí demuestran que China ha pasado en treinta años del comunismo atroz al capitalismo salvaje. Los chinos, que antes abrazaron la ideología marxista y el maoísmo desbocado del Gran Salto Adelante (1958-61) y la Revolución Cultural (1966-76), se han entregado al consumismo y al materialismo con la misma fe ciega. Todo es negocio en esta nueva China capitalista, que se ha convertido en el centro mundial de los negocios tanto para las grandes multinacionales extranjeras, que suspiran por su quimérico mercado de 1.300 millones de potenciales consumidores, como para los vendedores ambulantes, que exponen sus mercancias sobre sus triciclos en las colapsadas calles de Pekín.