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Blogs Tras un biombo chino por Pablo M. Díez

La imagen de la seguridad nuclear en Fukushima

Pablo M. Díez el
"Es sólo una pequeña radiación, pero por lo general la energía nuclear es segura", dice el ministro galo de Industria tras la máscara. AFP

Aunque no se le reconozca tras la máscara y el fantasmagórico traje aislante, el que aparece en la imagen es el ministro de Industria y Energía francés, Eric Besson, que se ha convertido en el primer político extranjero en visitar la siniestrada central nuclear de Fukushima. A punto de cumplirse un año del tsunami que causó el peor desastre atómico desde Chernóbil, Besson ha pasado por Japón para reafirmar la seguridad de la energía nuclear. Sin duda, no podía haber elegido peor escenario ni peor atuendo para insistir en que “continuamos creyendo en un programa nuclear de usos civiles operado de la manera más segura posible”. Y otra perlita: “Confiamos en vosotros para que reviváis este sector”, les dijo a los operarios de Tepco que intentan enfriar los fundidos reactores para poder desmantelarlos en el futuro. Exponiéndose a niveles de radiactividad que posiblemente minarán su salud y les provocarán algún cáncer, primero tendrán que apañárselas para sobrevivir ellos mismos y luego ya verán qué hacer con la industria nuclear.

Estas imágenes, supuestamente propagandísticas, recuerdan al famoso chapuzón de Fraga en Palomares. Al menos, don Manuel fue a Almería a calzón (no) quitado, porque se lo prohibía la propia censura que él mismo dirigía. A la vista de la impagable foto que se ha hecho ante las ruinas de la siniestrada planta atómica y de su discurso, me pregunto si al bueno de Eric Besson ha empezado a afectarle ya la radiactividad o si, sencillamente, su jefe de prensa es un topo de la oposición infiltrado en el Gobierno Sarkozy. ¿Dónde demonios estaba su asesor de imagen cuando le retrataron de esa guisa para pontificar sobre la seguridad nuclear? Me gustaría oírlo, apenas inteligible y con la respiración entrecortada tras la máscara, alabar las ventajas de la energía atómica. Claro que Besson viene, como él mismo bien dice, de un país que genera la mayoría de su electricidad con la energía nuclear, que en estos tiempos posmodernos de alta tecnología e hiperconsumismo se ha convertido en un rentable, pero peligroso, negocio. Y su postal desde Fukushima es ya la imagen de la seguridad nuclear.

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