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Blogs Tras un biombo chino por Pablo M. Díez

El museo de los juguetes de Seúl

Pablo M. Díez el

A sus 40 años, el surcoreano Son Wonk-yung sigue siendo un niño y, como cuando era pequeño, continúa extasiándose ante sus juguetes favoritos. Entre ellos, destacan sus 3.000 figuras de la saga cinematográfica “La guerra de las galaxias”, sus 6.000 muñecos de los más diversos superhéroes, desde Superman a Spiderman pasando por Batman o James Bond, sus 3.000 piezas de Disney, como el ratón Mickey o la Sirenita, sus 1.000 cochecitos y su millar de soldados de la Segunda Guerra Mundial.

En total, Son Wonk-yung tiene unos 100.000 juguetes que empezó a juntar a los siete años, cuando su padre le traía de Estados Unidos las figuras de la Mujer Biónica y el Hombre de los 6 Millones de Dólares, así como de Luke Skywalker, Han Solo, Darth Vader, la princesa Leia, Obi Wan Kenobi y Chewbacca, los principales protagonistas de “Star Wars”.
Como la mayoría de dichos muñecos no sobrevivieron a las batallas que se inventaba en su cuarto, a los 14 se tomó en serio su afán coleccionista. “Iba al mercado de Namdaemun y comproba figuras de Batman por unos 2.000 won, lo que en aquella época era una auténtica fortuna”, explica Son Wonk-yung, quien ha reunido una pequeña parte de su tesoro en el museo de los juguetes que abrió en 2006 en Seúl.

Ubicado en la zona de las galerías de arte y muy cerca del palacio real de Gyeongbokgung, Toykino se ha convertido desde entonces en una de las más singulares ofertas culturales de la capital de Corea del Sur y un paraíso para todos los pequeños y niños grandes de la ciudad.

Abierto sólo los fines de semana, este museo recibe una media de 3.000 visitantes diarios, que desembolsan a gusto los 5.000 won (3 euros) que cuesta la módica entrada. “Como ya me estoy haciendo mayor, quería compartir todos estos muñecos con la gente”, confiesa Son Wonk-yung junto a una figura a tamaño natural de un policía de Playmobil.
Dividido en varias salas temáticas que muestran personajes de dibujos animados, superhéroes, muñecos deportivos, soldados de metal y antiguos juguetes coreanos y japoneses, el museo es un recorrido por los momentos más felices de la infancia. Nada más entrar, la bienvenida la da una maqueta de Terminator que es la pieza más cara de la colección de Son, ya que por ella llegó a pagar 7.000 dólares (4.699 euros). A su lado, otra gran figura del Hombre Murciélago hace las delicias de un par de muchachas, que se fotografían con el oscuro héroe enmascarado con sus móviles.

Sin duda, una de las salas más frecuentadas es donde se exhiben, perfectamente ordenados, cientos de figuras de “La guerra de las galaxias”, algunas de ellas valiosas ediciones limitadas y otras fabricadas en Corea del Sur que son auténticas rarezas de coleccionista.
“Cuando era adolescente, me encantaba ir a las tiendas y compraba 100 muñecos cada mes. Ahora compro mediante el portal e-bay de internet”, apunta Son Wonk-yung, quien también se dedica a grabar documentales y películas sobre su principal afición, los juguetes. El Pato Donald, Robocop, Goofey, Shrek, Epi y Blas, Homer y Bart Simpson, 007, R2-D2 y C3PO le están esperando en Seúl para que vuelva a revivir su más tierna infancia.

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