Asensio tuvo un ídolo de pequeño: Zidane. Quiso ser como él. Tiene muchas cosas del francés. Hoy es su jefe. Increíble pensarlo hace doce años. Su sonrisa de 21 desvela la enorme experiencia que ha asumido en poco más de un año en el Real Madrid. Ha aprendido mucho de la personalidad dirigente de Ramos. De la energía que transmite el talento de Marcelo. La entrevista que concedió a ABC es una delicia de manifestaciones de un genio que sabe que lo es y que no se siente superior a nadie. Al revés, sabe que es el Real Madrid el que explota su magia, rodeado de otros magos como Isco, como Cristiano, como Benzema, como Marcelo, como tantos compañeros suyos en el palntel blanco. Asegura que todos le enseñan cosas, que cada entrenamiento es una lección magistral.
Lleva doce más uno meses en el Real Madrid, que diría el madridista Ángel Nieto, y suma todos los títulos soñados. A su edad ha ganado los trofeos más importantes del mundo y los ha celebrado con golazos como los dos marcados frente al Barcelona en los dos partidos de la Supercopa de España, similares al que firmó en su primer partido oficial, la Supercopa de Europa ganada al Sevilla en Trondheim. Es uno de los futbolistas más cotizados del mundo y nunca se lo ha creído, porque manifiesta, con las botas en el suelo, que eso se debe a jugar en el Real Madrid. Ha asimilado el mensaje de Sergio, de los capitanes: es el club, es este equipo de tanta calidad, el que eleva a la gloria su clase, porque juega al lado de otros fenómenos como él. Nunca lo debe olvidar. No lo olvida. No lo olvidará nunca.
Este chico tiene don de estrella y sienta la cabeza en la humildad. La tiene muy bien amueblada. Esa humildad la tiene Zidane, su ídolo, ahora su entrenador. Es un buen camino a seguir. Y pisa ese sendero. Buen espejo. Espejo tiene también en Nadal. Afirma que es el espejo de todos los españoles, que debe ser el ideal a imitar por todo el mundo.
Marco Asensio es un genio de este negocio. Y lo sabe. Siente que lleva el fútbol dentro, natural, le sale solo. Aalta al campo y su primera idea es driblar al contrario que ose ponérsele enfrente. El fútbol le sale a borbotones de ese alma que también ve en el Real Madrid. Su disparo es majestuoso. No conoce sus límites. Elogia la fuerza de Cristiano. Afirma que no ha conocido a nadie tan fuerte mentalmnte como el portugués. Comienza la Liga de Asensio.
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