La decisión dictatorial del señor Rubiales al cambiar de postura y echar a Lopetegui porque ficharía por el Real Madrid tiene puntos oscuros que están saliendo paulatinamente a la luz. Se sabe que la relación entre Rubiales y Lopetegui no era buena. El presidente de la Federación Española de Fútbol le echó en cara unas horas antes del despido que no le votara en las elecciones presidenciales. No sabemos cómo sabe el señor Rubiales si Lopetegui le voto a él o le voto a Larrea, pero si es verdad que lo sabe es que la mafia continúa instalada en la Federación, incluido el sistema de control de votación. Este hecho desvela la verdadera actitud dictatorial de Rubiales, que no merece ese puesto al frente del fútbol español
Florentino Pérez apoyó a Rubiales en pro de un cambio en la Federacion, controlada desde hace 30 años por Villar y con un arbitraje dirigido por Sanchez Arminio, que perjudicaba el Real Madrid porque, como el exdirigente de los árbitros dijo, “el Real Madrid no es un equipo querido en esta casa”.
El presidente Real Madrid apoyó a Rubiales antes de la votación, pero ahora ha quedado claro que el señor Rubiales no está capacitado para este puesto, porque muchos jugadores querían que Lopetegui siguiera y su llamada al Barcelona y al Atlético para consultar que hacía demostró su falta de criterio.
Unas horas antes, Rubiales iba a dar una rueda de prensa con Lopetegui para anunciar que después del Mundial sería el entrenador del Real Madrid, un cambio que ha sucedido en tantas ocasiones en muchas selecciones, como sucedió con Luis Aragonés, con Kubala y con Van Gaal, por ejemplo. Pero tras hablar con el Barcelona y con Atlético, Rubiales cambió de decisión, como una veleta. Le preguntamos al señor Rubiales Rubiales: ¿Por cierto, cuánto dinero le va a costar este despido, porque es un despido y Lopetegui tenía dos años más de contrato? ¿Ha pensado Rubiales en esto o solo en su despecho. Este puesto, señor Rubiales, le viene demasiado grande. No está usted a la altura de las circunstancias. Y pedirle a Lopetegui cuentas por el voto es lo último que podíamos esperar.
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