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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

El Real Madrid, molesto con los regalos de Carmena

Tomás González-Martín el

El Real Madrid de baloncesto es un ejemplo para el Barcelona. Hoy se reflexiona en la ciudad Condal del acierto blanco en la sección de basket. Y se lamenta con fina ironía que el club azulgrana nunca se interesó por Felipe Reyes, que militaba en el Estudiantes y suma doce temporadas en el club madrileño. Que el Barça tuvo a Llull en el vecino Manresa y no le fichó. Que tampoco intentó adquirir a Sergio Rodríguez. Que negoció con Rudy Fernández y finalmente no se decidió. Y que dejó escapar a Carroll cuando viajó a Las Palmas para interesarse por Walace. Esos nombres, veteranos, forman el escudo del éxito madridista.

El Real Madrid de fútbol tiene al de baloncesto como ejemplo de superación. Once títulos en cuatro años y medio de diecinueve trofeos posibles. Once triunfos en las quince finales disputadas. Y Manuela Carmena utiliza al Real Madrid campeón para hacer campaña. Es inadmisible que una política se aproveche de un equipo ganador para intentar solucionar sus problemas, que son muchos, por culpa de su inoperancia para solventarlos.

La alcaldesa de Madrid recibió al equipo de baloncesto tras conquistar la Copa del Rey y utilizó a Florentino Pérez, al gran Laso y al enorme Reyes para vender su política. Pidió a los jugadores que se llevaran ceniceros que solo sirven para recoger colillas y los portaran encima diariamente con el fin de pedir as sus amigos, cuando fumen, que echen las colillas ahí y no en el suelo. La alcaldesa denunciaba que en la ciudad se tiran al suelo cada día medio millón de colillas. Y la solución era que las recogieran una docena de jugadores.

Es una utilización partidista, paleta, basta, que los campeones se tomaron con sorna, obligados a coger el cenicero en una encerrona sin salida. Era una fiesta, los fotógrafos de ABC y de otros medios enfocaban los gestos de Carmena, Florentino Pérez, Laso y los jugadores, y no era el momento de negarse y deslucir el objetivo, la celebración del título que se ofrecía a los madrileños, con una negativa de los jugadores. Algunos se lo pensaron, pero no lo hicieron. Habría sido la gran noticia del mes, por encima de los bocadillos y las cervezas que Pedro Sánchez se toma casi a diario con Rivera y Pablo Iglesias en busca de un gobierno.

Doña Manuela debería saber, y sabe, que la recogida de colillas es una responsabilidad de usted. Haga algo por solucionarlo. Quiere usted que los madrileños limpien la ciudad y que los jugadores recojan colillas. Póngase usted ocho horas diarias a hacerlo en Lavapiés y Montera y después, quizá, algunos la imitemos. Tiene usted personal y contratas para hacer esas cosas. Y si las hacemos los ciudadanos, elimine usted esas contratas para ganancia económica del Ayuntamiento. Pero el Real Madrid, como el Atlético, son instituciones históricas con más de cien años de existencia que no están para que usted las menosprecie utilizándolas para sus derrotadas campañitas de pacotilla, que son un desastre desde el comienzo de su propuesta, siempre inviable.

El Real Madrid nació en 1902, un año antes que ABC, y ha sido, y es, unos de los grandes emblemas de España desde 1955, cuando comenzó a labrarse su nombre internacional en la leyenda de la Copa de Europa.

La señora Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, dio una lección dirigida a usted, Doña Manuela. Tuvo ese respeto por la importancia de una institución como el Real Madrid y no la utilizó políticamente. Expuso una verdad que usted no entenderá nunca. Explicó que el Real Madrid es un ejemplo de España, una imagen mundial de lo mejor de nuestro país y una bandera de la marca España. Cifuentes no se aprovechó del club. Aprenda, Doña Manuela, que ya tiene añitos para saberlo.

 

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