Es un extremo de verdad, de los que ya no se ven en este balompié multiusos donde todo el mundo juega de todo y de nada. Lucas Vázquez es el mejor extremo de España. Ha vuelto. El gallego comenzó la pretemporada con todas las ansias del mundo para volver a ser el mismo extremo pujante de hace dos temporadas. En la última campaña no disfrutó de tanto protagonismo. De hecho, dejó de ser convocado por la selección española. El Real Madrid contaba con muchos jugadores importantes y no tuvo la relevancia de su primera campaña, cuando remató un año de ensueño con su penalti en la final de Milán frente al Atlético con el balón girando en su dedo. Ha disputado todas las finales y los partidos oficiales, es uno de los jugadores en mejor forma del fútbol español. Merecía ir a la selección. Lopetegui no le ha llamado. No sabemos por qué.
Este curso anterior también jugó mucho, pero no brilló como antaño. Isco mejoró y le quitó sitio en el salto de Zidane hacia el 4-4-2, que restó opciones al coruñés. Este verano, Lucas se propuso volver a ser importante. Y lo es.
El gallego fue uno de los descartes de Zidane en la final de la Champions ante la Juventus y la irrupción de Asensio y Kovacic, más la llegada de Ceballos, parecían quitarle huecos. Se marcharon Morata y James, llegó Mayoral y lo que ha hecho Lucas es comenzar la temporada como un tiro, en plena forma, y el entrenador se lo ha reconocido con minutos y la titularidad. El gallego ha comenzado la campaña como un tiro y ha brillado ante el Barcelona en la Supercopa de España como extremo a la vieja usanza.
Ha sido titular desde el primer partido de la pretemporada ante el United. Ha sido, junto a Kroos y Asensio, el único jugador que ha participado en todos los encuentros amistosos y oficiales: Manchester City, Barcelona, All Star MLS, los tres encuentros de las dos Supercopas y el encuentro de Liga ante el Deportivo. Zidane quiere que Lucas siga sintiéndose importante y le da motivos para ello. Un ejemplo fue la titularidad que le dio en el encuentro de vuelta de la Supercopa de España ante el Barcelona, en la que disputó los 90 minutos y el canterano se lo agradeció haciendo un gran partido como extremo a la vieja usanza, velocidad en banda pura. En Riazor también jugó minutos y celebró el 0-3 con los aficionados madridistas. ¿Por qué Lucas ha dado este paso adelante? Porque vio las orejas al lobo y se ejercitó durante todo el verano para volver a tope. El coruñés lo anunció nada más comenzar la pretemporada, el 10 de julio, antes de volver a Estados Unidos: «Lo objetivos son llegar al máximo al 8 de agosto para ganar las dos Supercopas al Manchester United y al Barcelona». Así fue. Lucas demostró una forma excelente. Y Zidane se lo premia con partidos que se gana con su regate, su velocidad, su labor defensiva y su esfuerzo. En este Real Madrid de bajas por sanción, Lucas es un torbellino listo para jugar. El gallego, el zapador Casemiro, Nacho y Carvajal son representantes de la lucha como lema. Lopetegui no lo ha visto.
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