Fíjense si el Barcelona, campeón de la Liga y de la Copa, tiene madriditis aguda, esa enfermedad crónica e incurable, que todos los aficionados azulgranas reconocen con una cruel tristeza que la temporada del Barcelona será buena si el Real Madrid no gana la Champions, pero si los blancos conquistan su decimotercera Copa de Europa, la campaña barcelonista, con un doblete español, será mala. Eso sí que es una enfermedad.
Todo lo que suceda al Barcelona pasa por lo que haga el Real Madrid. El conjunto de Valverde ganó Liga y Copa, pero en el barcelonismo saben que esos torneos no tienen ni mucho menos el valor de la Liga de Campeones. Lo reconocen con esta enfermedad, la madriditis, que no hay doctor que la cure, porque es mental.
El Barcelona ha conquistado los dos títulos de casa, de España, por mucho que a los independentistas les duele, pero no tienen valor si el Real Madrid triunfa en Kiev, porque el barcelonismo envidia ser el rey de Europa y ese es el Real Madrid.
Qué pena dan en el barcelonismo. La grandeza del Real Madrid es que triunfa y solo piensa en ganar, no sufre barcelonitis ni ninguna enfermedad, solo piensa en sí mismo y en triunfar. Por eso busca su decimotercer título continental al máximo nivel. Y el Barcelona sabe, como todos, que el torneo más importante del mundo es la Champions. Pero mientras sigan pensando qué sus tres eliminaciones de los últimos años son solo meros accidentes, mejor para el Real Madrid. Zidane dice que ganar la Liga es lo más importante y ellos se lo creen. Se miran el ombligo. No hacen autocrítica. Mejor para el Real Madrid.
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