Florentino Pérez conquista Gerona con cariño a raudales

Todo el montaje que los independentistas han intentado caldear con la visita del Real Madrid a Gerona quedó diluido con el baño de realismo, nunca mejor dicho, que el club blanco y los aficionados presentes en el aeropuerto gerundense y en el hotel dieron al mundo.

Florentino Pérez quiso dar la imagen de normalidad que la situación tenia al tomar el mando de la expedición desde la capital de España. Cuando el avión madridista aterrizó en Cataluña, el presidente llevó las riendas de la presencia del Real Madrid. Saludó a miles de seguidores en el aeropuerto, firmó autógrafos y se hizo decenas y docenas de fotos con los incondicionales madridistas, que se sintieron felices por la cercanía de Florentino Pérez, de Zidane y de los futbolistas.

La gran mayoría de los simpatizantes presentes en el aeropuerto y en el hotel del equipo eran madridistas que residen en Cataluña. Se merecían ese trato del club y mucho más. En el hotel, Florentino Pérez quiso que decenas de niños que no podían entrar en el hotel obtuvieran permiso y se hicieran fotos con él , con Asensio y con el catalán Kiko Casilla, que firmaron cientos de autógrafos con peñistas llegados de las cuatro provincias catalanas.

 Sanchís, desde el cielo, sintió que la leyenda cosmopolita del Real Madrid que él vivió en los años sesenta continúa perenne como el sello de identidad que va unido al carácter ganador del club. Corría con las medias caídas porque le apretaban  en sus grandes esfuerzos para subir y bajar por su banda. Esa entrega es el espejo del Real Madrid. El ideario que hoy persiste. Por eso este equipo es recibido en cada sitio como un icono del éxito basado en el trabajo. Contra la verdad hay pocas mentiras que puedan engañar a nadie.