El Real Madrid remata el mejor año de su historia, empatado con 2014

Campeón del mundo, campeón de Europa y vencedor de la Supercopa de Europa. El Real Madrid repite el mejor año de su historia, el mismo que celebró en 2014, con los tres títulos internacionales más importantes. Hace siete meses, Florentino Pérez era acusado por sus enemigos ancestrales de no tener proyecto. Enemigos sanguíneos que esperaban su fracaso en la Copa de Europa para cargar contra su presidencia. Ganó la Liga de Campeones y ya no hubo más críticas a su gestión. Sus rivales eternos no podían acusarle de fracaso. Era un ganandor claro. Dos Champions en tres años. Quien pudiera, pensaronn muchos presidentes de otros clubes.
Pasados varios meses, en el verano, volvió a calentarse el ataque sempiterno. La victoria en la Supercopa de Europa, de nuevo al borde de la bocina, con otro gol de Ramos de cabeza, acabó otra vez con el acoso mediático de los grupos enemigos del dirigente blanco.
Comenzó esa temporada, y las críticas al juego madridista eran la nueva moda, hasta que la victoria en el Calderón y el empate en el Camp Nou silenció los ataques. El Real Madrid criticado era líder con una clara ventaja.
Ahora se ha proclamado campeón del mundo. Suma el triplete internacional más apreciado por todo club. Y en el seno del madridismo se preguntan por qué su equipo es tan atacado cuando es líder destacado en la Liga, se encuentra clasificado para los octavos de final de la Copa de Europa y es campeón del mundo.
Los aficionados del Real Madrid critican a cierto sector mediático que solo busca los problemas del club, o los crea, o los alimenta. Isco declaró en ABC que la plantilla observa que no se valora en la misma medida lo que hace el Real Madrid que lo que hacen otros equipos. Los jugadores piensan que no se les analiza con justicia. Afirman que si se les critica con easa dureza y son primeros en Liga y campeones del mundo, ¿qué debería decir la prensa de los equipos que marchan detrás? No ven esas críticas a los demás equipos. Son los mejores del año, tienen al mejor futbolista del año y ven principalmente acusaciones contra su fútbol. Subrayan especialmente que se habla de sus defectos y se soslayan sus virtudes, bajo el precepto no escrito pero sí admitido de ser los mejores y tener la obligación de poseer esas virtudes.
La diferencia es que esas virtudes no caen del cielo. Bernabéu fichó a Di Stéfano, Kopa, Santamaría y Gento para ser los mejores del mundo. Esa calidad no venía, como los niños, de París. Hoy, la clase de Cristiano, Benzema, Modric, Ramos, Kroos y Bale no viene de París, sino de la decisión de Florentino Pérez de ficharlos contra viento y marea. Con muchas dificultades, pero con la determinación de conseguirlo. Y lo consiguió. Este Real Madrid forjado por el presidente desde 2009 suma dos Champions, dos campeonatos del mundo de clubes, dos Supercopas de Europa, una Liga, dos Copas del Rey y una Supercopa de España. Y eso no cae del cielo.
El Real Madrid sabe que ser el mejor equipo del mundo, el más afamado, implica que se persiga a sus futbolistas, a sus prejas, a sus amores, a sus desamores. Y se inventan mil historias y polémicas. Se buscan los defectos y los problemas para generar morbos y audiencias. Pero se cae en la injusticia total. El Real Madrid es campeón del mundo. El mejor equipo del planeta. Es un orgullo para España y nuestro fútbol, que suma tres Mundiales, tres Champions y tres Europea League consecutivas. El Real Madrid es además campeón de la Copa de Europa, el torneo más prestigioso en nuestro continente. Y ahora, que critiquen.