España no funciona como esperábamos y todos miran a los jugadores y a Fernando Hierro. El problema del flojo rendimiento del equipo nacional se concentra en dos realidades. La primera es que jugadores como Iniesta, Busquets, De Gea, Piqué y David Silva no rinden lo augurado. Y la segunda es que el despido del entrenador, Lopetegui, ha complicado la situación, porque es el entrenador que eligió este grupo y el que mejor lo conocía para realizar las alineaciones y los cambios necesarios. Julen sabía cuándo cambiar el chip del conjunto con los relevos. Ahora, Hierro se encuentra en una tesitura difícil porque estos veintitrés hombres no son los que él ha elegido, ni él había realizado un trabajo de dos años como hizo Lopetegui para preparar este equipo.
Estás verdades no implican que España juegue mal por si sola, ya sea con Hierro o con Julen, pero es indiscutible que el cambio urgente de técnico afectó al grupo y que los problemas de juego son más difíciles de solucionar con el nuevo seleccionador, que tuvo que coger la riendas deprisa y corriendo.
España juega mal después de haber realizado el mejor partido del Mundial frente a Portugal, pero después todo ha cambiado, no sabemos por qué. Esperemos que los futbolistas, con Ramos al frente, cambien el prisma y ofrezcan lo mejor frente a Rusia. Son veteranos y ellos tienen que saber reaccionar, sea con Hierro o con quien sea.
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