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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

El “nocturno” James es el segundo que más corre

Tomás González-Martín el

Zidane está molesto por las críticas que James recibe desde un sector de la prensa y un segmento de la afición. El colombiano soporta desde hace meses toda clase de improperios porque su rendimiento no es el adecuado. Se le acusó de estar gordo, de trasnochar y no le culparon de la muerte de Manolete porque aún no había nacido, pero ya le pusieron en la lista de sospechosos por la muerte de Paquirri. James Rodríguez sufre el aluvión de críticas por haber cometido en algún momento algún error. Cuando estuvo lesionado en septiembre y octubre salió de noche algunos días, estuvo sentado, pero un futbolista del Real Madrid que no juega en un equipo que no marcha bien en la Liga no puede salir de noche a tomarse dos zumos de naranja, porque la gente dirá que salió a tomar copas cuando debería cuidarse para trabajar al día siguiente fresco y recuperase cuanto antes de su dolencia. Se le señaló como un “vago”, al adquirir kilos. Los seguidores tenían su parte de razón al pensar que debería dormir más para que hubiera conseguido el alta antes, pero el centrocampista hizo sencillamente lo que también hacen muchos jugadores a lo largo del año y no sufren ese acoso.

James ha sido el patito feo al que todos podían pegar. No se atreverían con Ramos, pero sí con el sudamericano. Al no rendir como la temporada pasada se ha convertido en el pim, pam, pum de la prensa. Y el colombiano no es, ni mucho menos, ni un juerguista, ni un hombre que no se entrene. Al revés, trabaja mucho para recuperar la forma del año pasado. Zidane ensalza ese sacrificio del número 10, que rinde irregularmente a espasmos de clase. Es quizá un problema de relación sentimental el que más le afecta. Pero eso no interesa descubrirlo, no sea que la realidad nos jorobe una noticia. Y su ansiedad, demostrada al escapar con su coche de la Policía, es un dato más que revela una situación personal dura. Sufre ansiedad por su vida particular y por una falta de rendimiento que ahora combate cuerpo a cuerpo con demostraciones de clase que exigen continuidad.

El mediocampista mejora poco a poco su nivel. Su gol y su partido frente a la Roma denotaron esa progresión. Celebró el tanto como si fuera la final de la Champions, lleno de rabia, deseoso de responder a quienes tanto le golpean mediáticamente. Y corrió mucho más que la mayoría de sus compañeros. El “vago” hizo 11,149 kilómetros en el duelo de vuelta de octavos de final de la Copa de Europa. Solo Kroos, con 12 kilómetros, le superó. Pero estos datos no interesan a quienes buscan la crítica como forma de vida. James tendrá que continuar soportando que sale de noche y que pesa mucho. Un hombre del Real Madrid no se salva de esa persecución. Si comete un error, lo sufrirá toda la vida. Se lo recordarán siempre. Le han colgado un cartel del que es muy difícil descolgarse. Es el precio que se paga por militar en este club.

Ahora corre en el campo más que casi todos sus compañeros. Marcó un buen gol ante la Roma. Sin embargo, eso no interesa. Zidane le dice que se olvide de esas acusaciones y se centre en mejorar su nivel. Así lo hace. El vago no es vago, pero el sambenito le perseguirá hasta que marque un golazo decisivo que le repare el respeto externo. El “nocturno” James comienza a carburar. Supera problemas humanos que han afectado a su fútbol. Zidane le apoya en esta evolución personal y profesional. Pero eso no interesa. No vende. Vende más que salió de noche algún día hace unos meses y rememorarlo como si fuera hoy en cuanto no juega bien.

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