Tomás González-Martín el 10 feb, 2017 Ha sido el garante del éxito mundial de Cristiano desde 2009 y nadie se lo reconoce. El portugués se llevó los goles y los galardones mientras Benzema quedaba como el pasador. Karim es un incomprendido porque su carácter ha hecho que el aficionado le vea como un jugador sin alma. Y tiene alma, pero su desinterérs en marcar y en figurar ha jugado en su contra a lo largo de su carrera. Porque el francés ha sido fundamental en la gloria eterna de Ronaldo y pocos lo ven. Sabiamos que Benzema pagaría su altruismo. Lo ha pagado con silbidos. Cuando las cosas no salen se buscan culpables. Cuando no se gana hay caza de brujas. Y Benzema, como Danilo, han sido los señalados para ser cocinados en la hoguera del madridismo de testosterona rápida y poca reflexión. Es injusto el trato que ha sufrido el nueve del Real Madrid. Le silbaron en 2012, con Mourinho. Le pitaron en 2014, con Ancelotti. Y ahora le abroncan con Zidane. Y los tres entrenadores salieron a defenderle. Cuando las cosas no le han salido al líder, la culpa es de todo el equipo, no del francés. Cristiano ha sido claro al quejarse de los pitos contra él mismo en el Bernabéu. La afición olvida rápido. Es el máximo ariete de la historia del club, ha ganado dos Champions, es el rematador histórico de la Copa de Europa y le silban en su casa. En esta faceta se vislumbra esa envidia que el seguidor sufre ante estos futbolistas que triunfan. Los aplauden cuando les ofrecen alegrías con los éxitos, pero en cuanto fallan explota esa vena primitiva de envidia y surgen los pitos. ¿Quizá porque son ricos? Merece un estudio psicológico. El astro portugués siempre destaca que en Inglaterra el respeto al profesional es eterno. No hay pitos. Se aplaude. Nada más. Se entiende cuando un jugador no rinde bien, pues hay muchos factores que influyen, deportivos y personales. En España se silba en cuanto no se juega bien. Son culturas del fútbol diferentes. Benzema soporta la misma situación. No es bonito jugar en tu casa pitado. Ha sido demasiado bueno durante ocho años. Como futbolista y sobre todo como persona. No ha sido egoísta en marcar goles. Se los ha dejado a Cristiano. Lo paga. Lo paga hasta Ronaldo cuando no marca, aunque busque ya los 400 tantos en el Real Madrid. Karim se ha ganado el papel del incomprendido por culpa de su carencia de avaricia. Florentino Pérez ensalzaba hace dos días que sumaba 48 dianas en la Champions y es el tercer ariete en activo de la competición, solo superado por Cristiano, 95, y Messi, 90. Da igual. Le pitarán. Es el patito feo de este teatro. El pagano no siempre tiene razón. Paga, pero no tiene razón. No confundamos libertad de expresión con tener razón. En el Real Madrid se ha pitado injustamente a Zidane. Si Ramón Mendoza no interviene en aquel momento crítico y pide serenidad para dejarle jugar, el francés no habría triunfado. En el madridismo falta mucha paciencia. Hoy, Zinedine es un icono del banquillo. Pero hace quince años le querían condenar. No olvida. Perdona. No olvida porque son experiencias que debe guardar para ayudar ahora a Benzema, a Danilo y al próximo jugador que sea protestado. El actual entrenador ha apoyado a Karim desde 2010, cuando comenzaron los pitos a su compatriota. Hoy, Zizou habla bien de la afición con inteligencia, para que el aficionado se sienta querido por el equipo y ayude. Porque hay una realidad: silbando no habrá títulos. Otros temas Comentarios Tomás González-Martín el 10 feb, 2017
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