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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Asensio y Bale cambian la forma de jugar del Real Madrid

Asensio y Bale cambian la forma de jugar del Real Madrid
Asensio posa para ABC antes de la entrevista. Foto: De San Bernardo
Tomás González-Martín el

Asensio de ariete falso y Bale de media punta para disparar. Lopetegui cambia las posiciones de dos jugadores clave y lo coloca entre líneas para romper al rival. Son las nuevas estrategias del responsable del Real Madrid para encontrar el gol sin Ronaldo y engañar a los rivales, que esperan movimientos conocidos. Eso se acabó. El guipuzcoano es un entrenador moderno y lo demuestra. Tiene el reto de hacer un gran equipo sin Cristiano y lleva a cabo medidas innovadoras para cubrir esa ausencia con la amalgama de calidad de Asensio, Bale, Vinicius, Benzema, Lucas Vázquez y Borja Mayoral.
Hablemos primero de Asensio. Julen Lopetegui busca fórmulas con el fin de mantener la capacidad rematadora, repartida entre todos esos delanteros, y su ideario es interesante. Tras una decena de entrenamientos, Asensio disfrutó de medio partido frente a la Juventus y demostró su grandeza. El técnico vasco le otorgó la misión que ama. No le limitó a la banda izquierda, su posición habitual en los últimos cuatro años, sino que le convirtió en un nueve falso, con libertad de movimientos por todo el ataque para lucir su regate, su visión de juego, sus pases precisos y su disparo. El mallorquín aprovechó ese liderazgo real en el césped para plasmar su magia y confirmar a su jefe que ese puesto es el ideal para él. Le encanta.
El técnico vasco ha descubierto el puesto ideal paa el mallorquín, que desde el centro puede sacar su clase para disprar desde lejos, dar pases por ambos flancos y rematar los centros de Bale, Vinicius o Lucas. «Salta al campo y solo quiere regatear, abordar al defensa rival y centrar o disparar, lo tiene muy claro, es sencillamente un jugador distinto», destaca un hombre importante del Real Madrid. Lopetegui le otorgó un cometido que exigía menos regate, pues Vinicius y Lucas se encargaban de servirle balones desde las bandas, y mayor sentido del desmarque y de la anticipación para rematar.
Marco ejecutó perfectamente su nueva labor como ariete. Sustituyó a Benzema en el intermedio del encuentro y se transformó en el relevo generacional de Cristiano. Marcó el 2-1 al culminar un magnífico centro de Vinicius, que ejerció de Gento puro. La conexión de los dos talentos era colosal. Como decía Pelé, la calidad de los grandes jugadores se complementa en el campo aunque hablen idiomas absolutamente opuestos.
La retaguardia de la Juventus, generalmente férrea como un muralla, no sabía frenar a Lucas, Asensio y Vinicius. El mallorquín firmó el 3-1 al rematar un pase desde la derecha de Lucas con ese sentido del momento, medio segundo antes que el defensa, que define a los mejores. Enlazó bien con ambos extremos. No se escoró a la izquierda. Así son los mejores.
Asensio dejó claro que puede ser el «nueve» del Real Madrid porque tiene la virtud de adelantarse a los rivales en la llegada al balón con la premura física y sobre todo mental que exige ser el delantero centro del equipo.
Su entrenador posee una estrategia bien estudiada para sacar el jugo a todos estos jóvenes tocados con la varita mágica que han tenido que aguantar su entrada y salida del once durante años porque Cristiano monopolizaba la banda izquierda y el gol en el esquema. Asensio es el elegido para cubrir el hueco que deja el portugués. El balear aspira, a sus 22 años, a ser más titular que nunca. La impaciencia de su juventud por llegar ha sido bien manejada desde los profesionales del club para saber esperar el momento. Marco tiene mucho más gol. Tiene clase a raudales para demostrar con regularidad su disparo desde fuera del área y su colocación como ariete ha convencido a su inmediato superior. Lopetegui ha comprobado que tiene mucho más gol, como presumía, que el de un centrocampista que tira a portería desde lejos. El Real Madrid debe repartir ahora las 44 dianas que protagonizó Cristiano la pasada temporada entre todos su atacantes y Marco ha cogido la batuta de ser el primer referente de esa necesidad.
El número veinte está preparado para ser un jugador importante. Crecerá como uno de los líderes del plantel muy pronto. En la casa blanca los pasos hacia adelante se miden mucho para que después no haya retrocesos y decepciones. Ramos, capitán del grupo, ya ha advertido que no puede echarse sobre la espalda de Asensio la responsabilidad del equipo. Ya le tocar. Actualmente, esa responsabilidad la asumen el sevillano, Modric, Kroos, Benzema, Marcelo, Keylor y Bale.
El galés protagonizó el primer tanto madridista, el del empate, tras el autogol de Carvajal. Luego llegaron los dos aciertos del mallorquín. Vinicius volvió a dejar huella de su espectacularidad práctica. Y Lunin enseñó al mundo que hay un guardameta en larecámara para cubrir la portería durante una década. El miedo y las dudas de la afición blanca por el adiós de Ronaldo comienza a diluirse. En el seno del Real Madrid siempre se pensó que hay una de las mejores plantillas del mundo.

El cambio estratégico de Bale se suma a esa reforma táctica general de la delantera madridista. Los ensayos tácticos que ejecuta Lopetegui demuestran las enormes posibilidades que presentan estos dos futbolistas. Bale ya no es solo un extremo que actúa por la derecha. El entrenador necesita que todos sus puntas busquen el gol y el galés partió desde esa banda para penetrar hacia el interior y soltar su trallazo. Bale está contento y se nota en su fútbol; se siente titular, con la confianza de Lopetegui y del club, ya ha olvidado la suplencia sufrida con Zidane y ese salto adelante le hace jugar mejor, con mentalidad positiva.El británico, enfocado por el madridismo para tomar el mando mediático que deja Cristiano, marcó el primer tanto madridista en un espléndido disparo desde el borde del área, ajustado a un poste. Ejercitó el tiro en varias ocasiones más. Así será su fútbol con el entrenador guipuzcoano, más rematador que extremo. Hay que aprovechar su virtud principal. Junto a Marco Asensio, Bale se integra por otras zonas ajenas al extremo derecha y ambos vuelven locos a los defensas, porque no tienen posiciones definidas, actúan entre líneas; es el secreto de Lopetegui y de su nuevo ataque.

Bale y Asensio deben tomar el testigo de Ronaldo para rematar goles, junto a Benzema, y esa asunción de roles, de responsabilidad, se nota en el césped. Antes, Cristiano llevaba el poder y todos los demás se escudaban en el portugués. Ahora, el máximo goleador histórico del club no está y otros hombres tienen que adquirir el liderazgo. Bale lo hace desde la veteranía. Asensio, desde la proyección de la juventud.

El número once está contento en el Real Madrid. Ha recuperado la titularidad perdida con Zidane y se siente importante. Esa confianza se nota en su juego. Está motivado, cree en sí mismo y en sus posibilidades porque observa que Lopetegui y la entidad confían en él. Su despliegue en el campo ofrece esa seguridad personal, interna, propia. Penetra por la derecha, se escora hacia el interior y dispara. Su gol a la Juventus lo marcó desde el centro del borde del área, incluso decantado hacia la zona izquierda. Ya no es un exterior puro.
Junto a Asensio, Bale se integra por otras zonas y ambos vuelven locos a las defensas, porque no tienen posiciones definidas. Ese es el secreto de Lopetegui y de su nuevo ataque, con Vinicius y Lucas como extremos natos. Este Real Madrid no es lo mismo, como cantaba un madridista, Alejandro Sanz.

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