Feliz, ilusionado, contento, los ojos brillantes ante el reto que se le ponía delante de su ceja levantada. Lo importante es volver a dirigir al club más prestigioso del mundo. Y espera uno o dos buenos fichajes para conquistar títulos. El dinero es secundario. Carlo Ancelotti dijo «sí» al Real Madrid en cuanto recibió la llamada telefónica de José Ángel Sánchez el sábado pasado.
El entrenador ya pensaba que no volvería a tener la responsabilidad de un club que aspira a la Champions, tras dos décadas en primera línea. El Nápoles y el Everton fueron sus últimas aventuras. La comunicación de la casa blanca hace siete días le hizo dar un salto de alegría, de ilusión. Volvía a la primera línea del frente de batalla europeo. Y el salario era lo de menos.
El diálogo para firmar por el club español se desarrolló en 72 horas de órdago, desde el sábado al martes, con vuelo a Madrid, charla, acuerdo con el «Real» y la entente final con el Everton, que no puso problemas.
El Real Madrid le ofreció tres temporadas con la mitad de la ficha que cobraba en la entidad de Liverpool. En España cobrará seis millones anuales, dieciocho en un trienio. En Inglaterra percibía el doble, doce anuales.
Lo que sí solicitó Ancelotti es una seguridad. Si dejaba Gran Bretaña, donde tenía una tranquilidad de futuro, era para realizar una labor a largo plazo en el Real Madrid. Quería conseguir tiempo para trabajar y hacer un equipo. Por ello, en su contrato consta que si se le despide en la primera o en la segunda campaña cobrará siempre los dos años. Y si se le despide en el tercer curso recibirá también el dinero íntegro de esa temporada, es decir, los dieciocho millones completos.
Es un pacto que rompe la política de la casa con los técnicos. Lo habitual es que, cuando se despide al entrenador, el club blanco solo pague esa campaña en curso, no más. Es una cláusula general de la entidad que esta vez se ha roto ante la gallardía de Ancelotti de venir y no pedir ni un euro.
Mi amigo Hugo Rivas, gran abogado, es tan inteligente que es la única persona que conozco que afirma que no sabe nada de fútbol. Hugo subraya que lo importante es la eficacia, que es la clave para ganar. Ancelotti es tan listo como Hugo. Hay que triunfar, que después el dinero llegará por méritos. Dos sabios.
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