Laporta pone un cartel enfrente del Bernabéu porque su razón de ser es criticar y atacar al Real Madrid, el sino de su vida. Lo mismo sucede con Font y con la ristra de presidenciables a dirigir al Barcelona. El complejo de los dirigentes y aspirantes del Barça es tan grande que si no mencionan que el Real Madrid nos roba con los arbitrajes es que no son azulgranas. Es el mismo complejo del España nos roba que se ha explotado desde el independentismo catalán, cuando es la Comunidad de Madrid la que aporta más dinero que nadie a las arcas del Estado español y con mucha diferencia. En el fútbol, los que quieren mandar en el Barcelona utilizan los mismos argumentos inventados de los maricomplejines.
Los candidatos a suceder a Bartomeu juegan con las mismas armas de los dictadores, con las mismas armas primitivas que esgrimió Franco, que cuando había un problema se refería al enemigo exterior, se explotaba el primitivismo ancestral y todo solucionado.
Los aspirantes a coger las riendas del Barcelona se pelean por ver quien dice la idiotez más gorda sobre los árbitros y el Real Madrid, explotan el odio primitivo y ya está. Si un candidato quiere ganar, piensan, deben atacar al Real Madrid. Y digo yo: ¿Si el Real Madrid les roba, para que quieren presidir un club que perderá siempre ante quien roba? No lo entiendo.
Lo que no saben o no quieren saber es que el socio barcelonista no es tonto y sabe que la entidad debe cientos y cientos de millones de euros, todo un presupuesto y ese es el quid de la cuestión. Pero diciendo que los árbitros benefician al Real Madrid, cuando el Barcelona ha sido el equipo más beneficiado desde 2004, se solventa todo.
Hay que ver cómo se manipula todo. El Barcelona ha sido el equipo más ayudado por los árbitros en la era Villar, sencillamente porque el fútbol catalán concentró su voto para dar la presidencia a Villar cuando se esperaba el triunfo de Gerardo González.
Sánchez Arminio, jefe de los árbitros con Villar, decía a los colegiados que había un club que era su enemigo. El Real Madrid pagó muy caro no apoyar a Ángel Villar. Por eso, escuchar que los colegiados ayudan al Real Madrid es de risa, especialmente cuando lo dicen lo aspirantes a dirigir el club más ayudado por los jueces en los últimos tres lustros.
Que gane un maricomplejín, porque todos lo son. Qué sería del Barcelona y de sus dirigentes si no existiera el Real Madrid.
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