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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Cuando Herrerín ganó la Séptima

Tomás González-Martín el

Hemos escuchado durante décadas que hay partidos que se ganan en los despachos. Es lo que intentó hacer el Borussia Dortmund en 1998, en las semifinales de la  Champions que disputó frente al Real Madrid. Fue en el partido de ida, en el Bernabéu. Los Ultra Sur se colgaron de un cable que estaba atado a la portería del fondo sur y provocaron que los tres palos se partieran en cuatro. Había que cambiar la portería. Y no había otra en el estadio. Grave error. Los alemanes pidieron que se les diera el encuentro por ganado, con un 0-3. El árbitro se negó. Y allí salió Agustín Herrerín a buscar la solución que nadie encontraba. La Séptima la ganó él, no los goles de Morientes y de Karembeu en las semifinales, ni el de Mijatovic en la final de Amsterdam.

Herrerín fue Gento al volante. Herrerín fue Di Stéfano para defender, correr, cortar, atacar y triunfar. Mientras los equipos esperaban una solución en el césped, Agustín cogió una camioneta DKV desde el Bernabéu y voló a toda velocidad a la vieja Ciudad Deportiva, escoltado por dos policías, con el fin de encontrar otra portería y traerla al estadio. Las peripecias para romper unas cadenas y sacar una portería de un cuarto son de película de Buñuel. Los sudores para subirla a la camioneta, atarla y hacerla llegar al coliseo blanco, repleto con noventa mil espectadores esperando, merecen otra película, de Berlanga. Era bienvenido míster… Herrerín.

Durante el trayecto de vuelta con la camioneta y la porteria a cuestas, Agustín volvió a volar por el Paseo de la Castellana. Hoy tendría mil multas de 500 euros y retirada del carnet. Tardó una hora en el recorrido de ida y vuelta, con el trasiego de encontrar, subir, atar y regresar.

A la llegada al Bernabéu se topó con otro problema. Los vomitorios del estadio no admitían por espacio la entrada de una portería. Hubo que hacer encaje de bolillos para que los traspasara y pudiera llegar al césped. Por fin pudo ser colocada en el fondo sur.

El partido se celebró. El Madrid ganó 2-0, goles de Morientes y de Karembeu. En el segundo encuentro, en Dortmund, los blancos sujetaron el empate inicial. Se clasificaron para la final. Pedja rubricó la Séptima. La de Agustín Herrerín. Sin él no habría título. Los alemanes quisieron conquistarla en los despachos de la UEFA y el Madrid la conquistó con una camioneta, rompiendo unas cadenas con la fuerza del motor de la DKV y violando todas las normas de circulación. Que le quiten lo bailao. A Agustín. Campeón.

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