Ya está bien de mentiras y medias verdades. Hay jugadores que a algunos medios les caen mal y concentran en ellos los problemas de todo un equipo. Bale no gusta porque no demuestra adaptarse al Real Madrid, como han hecho Modric y Courtois. Es cierto que no enseña compromiso exteriormente. Es verdad que no jugó bien ante el Barcelona y fue cambiado a la hora de partido. Pero no pueden inventarse mentiras sobre el galés.
En la noche del 0-1 se dijo que Bale se fue del Bernabéu en su coche antes del final del partido. Incluso se concretó que hubo aficionados que le vieron salir del estadio con su auto alrededor del minuto 85 del encuentro. Todo era mentira.
Se puede criticar a Bale por su carencia de rendimiento al más alto nivel, que no es acorde con su salario de estrella. Se puede decir que nunca ha cogido el testigo dejado por Cristiano. Pero no se pueden inventar noticias falsas. Guste o no, Bale se quedó hasta el final del clásico y estuvo en el vestuario cuando Solari dio la charla de motivación en la cocina blanca, donde se lavan los trapos más o menos sucios. Al César lo que es del César.
No se trata a Bale igual que a Ronaldo o a otros futbolistas, quizá porque no ha dado el mismo rendimiento. El portugués y otros futbolistas también se marchaban antes del final en algunos partido y no se decía nada. El luso tenía montada una fiesta en casa por su cumpleaños hace cuatro temporadas y la dio a pesar de perder 4–0 en el Calderón. No se trata igual a Gareth. Ayer había que hacer grupo tras dos derrotas consecutivas ante el Barcelona y el británico estaba allí. Basta ya de buscar brujas y un único culpable. Cuando un equipo pierde, no pierde solo uno.
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