Tomás González-Martín el 07 may, 2018 Es vergonzante y vergonzosa la bula del Barcelona tiene en esta Liga controlada por Victoriano Sanchez Arminio y sus árbitros. Mientras Piqué y el barcelonismo enfermizo hablan de atraco, los verdaderos atracadores quedan impunes. Atracador fue Messi, que tuvo una vez más una actitud de vergüenza. Mientras muchos piensan que es un niño tímido y apocado (esa es la imagen que da públicamente), la realidad es otra muy diferente. Messi utiliza sus armas y veja a los árbitros porque sabe que ninguno le va a echar; juega con la prepotencia de ser un número uno y de que juega en un equipo grande como el Barcelona. En el descanso del clásico, Messi le dijo al árbitro que estaba regalando el partido al Real Madrid y que era un árbitro cagón. Se lo dijo tres veces (está grabado) a dos centímetros de su cara, amenazándole, provocándole en el túnel de vestuarios, ante la vista de todos los jugadores de los dos equipos. El árbitro no lo he echó. No se atrevió a expulsale. Lo primero, porque sabe quién manda, Sanchez Arminio; y segundo, porque sabe que si lo hubiera echado no pitaría nunca más un clásico. Esa es la fuerza prepotente de Messi, un jugador que es un número uno en el campo y una vergüenza fuera de él. El Barcelona se habría quedado con nueve, como bien sabe Messi. Como sabía que Hernandez Hernandez no se habría atrevido a expulsarle. Pero es vergonzoso que estos jugadores utilicen sus armas fuera del fútbol. El atraco que menciona Piqué fue el penalti de Alba a Marcelo. Esta es la vergüenza. El Real Madrid de Zidane lleva cuatro partidos invicto en el Camp Nou pero es imposible que gane con arbitrajes así y con Messi como árbitro, que puede insultar sin que el árbitro haga nada. Manda Messi, la Liga es suya y de Sanchez Arminio. El colmo de este control del arbitraje por parte del Barcelona es que Hernández Hernández no pitó un penalti de Alba a Marcelo que este mismo colegiado sí señaló en favor de Alba en un partido contra el Éibar en una acción similar. El desequilibrio en favor del Barcelona es claro: el árbitro canario echó al jugador del Éibar y pitó penalti. Ante el Madrid no hubo ni penalti ni tarjeta roja. Otros temas Comentarios Tomás González-Martín el 07 may, 2018
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