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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Asensio, cláusula de 350 millones

Tomás González-Martín el

Marco Asensio es el futbolista con mayor futuro del mundo, en competición con Mbappé. La diferencia es que el francés no ha jugado en un club grande de Europa y no sabe lo que significa esa presión. La distinción es que el delantero galo no ha vivido lo que supone soportar la presión de la afición del Bernabéu, no sabe lo que es aguantar el peso de la historia del Real Madrid, que se siente sobre las botas al debutar en el estadio de Chamartín. Mbappé no ha sufrido la presión de la prensa española, que escribe y habla del Real Madrid diariamente con páginas y bloques enteros dedicados al club. Benzema puede contarle a Mappé cómo se vio sorprendido cuando le criticaban a páginas enteras hace ocho años porque no jugó bien en un partido de pretemporada. ¡Página entera! Ahí supo de verdad lo que es el Real Madrid. Otro compatriota de ambos, Zidane, que ya era una estrella consagrada, se sintió agarrotado en 2001 cuando la afición blanca le silbó durante tres meses, hasta que ganó esa batalla y dio toda su calidad al fútbol mundial. Mbappé no ha pasado por estos infiernos. La diferencia es que Asensio sí. Y lo mejor para el Real Madrid es que Marco ha rendido en el club desde el primer día como si estuviera en el patio de su casa. Se estrenó con un golazo por la escuadra que puso al equipo camino de la victoria en la Supercopa de Europa.
La diferencia es que el mallorquín sale a jugar con el Madrid sin nervios. No los tiene. No siente miedo ni temor. Porque es un maestro del balón, un malabarista de la técnica, una figura capaz de volar por la banda con la pelota pegada a sus botas como si llevara pegamento en esos borceguís. Una estrella que corre, desborda al rival por necesidad física, mira, levanta la cabeza sin perder el control del esférico y da el pase medido para que Saúl o Cristiano, según el foro donde juegue, marquen.
La diferencia es que Marco es un artista. Regatea a los contrarios porque se lo pide el cuerpo. Si tiene el balón, encara y dribla. Eso es clase de alcurnia en el balompié. No entiende Marco eso de dar pases horizontales. El fútbol es para abordar al adversario y superarle con la finta.
La diferencia es que Asensio ha nacido para el fútbol. Para él, jugar es como respirar, algo natural. No le cuesta. Saltar al Bernabéu es como ponerse a comer o a cenar, una cosa habitual y necesaria. Tiene 21 años y el Real Madrid vuelve a renovar su contrato. Añadirá un año más, hasta 2023, para mejorarle sus emolumentos como merece y colocarle una cláusula de 350 millones. Es el mejor fichaje del verano.

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