Tomás González-Martín el 17 mar, 2017 El antimadridismo dominante, que es una envidia primitiva al que quiere ser el mejor, ha vivido varios días menospreciando la Champions conquistada por el Real Madrid el año pasado, bajo la premisa de los fáciles rivales que los blancos tuvieron. Todo ello para decir que ahora las bolas calientes colocarían al Leicester frente al Real Madrid. Piqué abrió la veda el año pasado hablando del Roma, el Schalke y el Manchester City, enemigos del Madrid en la Undécima, a los que menospreció sin dudarlo, con tal de atacar al Madrid, al referirse a la Copa de Europa tan fácil que tuvo el eterno rival. Piqué debería tener cuidado, porque ahora el City es entrenado por su amigo Guardiola, que ha hecho el ridículo en la Liga de Campeones. Y el City del año pasado era mucho mejor que el actual. ¿La final contra el Atlético también era un partido sencillo? Hay que tener cuidadito con lo que se difama. Esos barros crearon estos lodos. Ahora hay gente que duda de la honestidad de los sorteos. La ironía no vale ni en la radio ni en la prensa. Y eso que no había mucha ironía en Piqué. Aquellas sospechas han provocado que el sorteo de este viernes fueron un cúmulo de intrigas. Se han hecho memes y mil tontadas sobre el presunto duelo Leicester-Real Madrid. Al final, al campeón vigente le ha tocado bailar con la más fea, el Bayern, una ruda, potente y competitiva novia de armas tomar en cuartos de final. Ya nadie dice nada de la suerte de los blancos en el bombo. Menospreciaron el título de 2014. Este año, si el Real Madrid no lo gana, seguro que tiene más mérito. Da pena. Miren, las únicas bolas calientes son las de Ramos decidiendo las dos finales de Lisboa y Milán. Miren, las únicas bolas calientes son las de Ramos goleando al Bayern en Múnich con dos cabezazos que quemaron el infierno del Allianz Arena en 2014. Miren, las únicas bolas calientes son las de Ramos decidiendo el Mundial de Clubes de Marruecos y la Supercopa de Europa de Trondheim. Miren, las únicas bolas calientes son las de Ramos, capitán del Real Madrid, que derrotó al magnífico Atlético de Simeone en dos finales de la Champions. Miren cómo el Atlético nunca ha bromeado con las bolas calientes. Porque Ramos tiene las mismas bolas calientes que Simeone y Godín. Y respetan a los que tienen tantas bolas ganadoras. Que aprendan muchos. Otros temas Comentarios Tomás González-Martín el 17 mar, 2017
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