Tomás González-Martín el 24 mar, 2014 La derrota en el clásico no debe sembrar la duda en la plantilla del Real Madrid. Había decepción en el vestuario blanco, porque se pasó del descarte final del Barcelona, con el 2-1 y el 3-2, al reingreso azulgrana en la Liga. Pero el equipo blanco tiene el campeonato en sus manos. Es el mensaje de Ancelotti a sus hombres. Y el que han pregonado los capitanes y Cristiano desde que acabó el gran duelo. Es la hora del vestuario. De estar unidos. Es el momento de los suplentes. El entrenador lo aventuró hace dos meses. Ahora se cumple su mensaje. Sabe el diablo más por viejo que por diablo. Ya lo decía Luis Aragonés. Carlo, en efecto, lo auguraba en enero. Jesé, Isco, Illarra, Varane, Morata, Nacho, Casemiro y Coentrao iban a ser cada vez más importantes. El canario, que ya era fundamental, ha caído lesionado. Morata toma su relevo. Junto al delantero, Isco, Illarra y Varane tendrán mayor protagonismo. Algunos van a ser titulares en diversos partidos. El Real Madrid dependerá de ellos para alcanzar los tres títulos. Y los veteranos de la “cocina blanca” tienen que hacer trabajo de apoyo a sus compañeros para que jueguen con la confianza necesaria en este momento de la verdad. Ramos, Cristiano, Xabi, Casillas y Pepe dirigen una labor de reafirmación para que los suplentes habituales se sientan titulares. Es una misión esencial en esta fase de la temporada. Jesé y Arbeloa están lesionados y el Real Madrid debe cubrir estas ausencias, importantes, cuando se lo juega todo. El entrenador asume que no posee otro futbolista genial como Jesé, que en veinte minutos puede dar un vuelco a un partido. También echa de menos la experiencia de Arbeloa. Ha de vivir con ello. Por eso, requiere que Isco saque toda la calidad, que Illarra confirme su personalidad, que Morata se quite la obsesión de la cabeza y que Varane continúe con esta progresión. Es la hora del banquillo. Ancelotti pide a sus hombres mayor intensidad en el juego. Cada partido será una batalla y habrá que ponerse el mono blanco de trabajo. No bastará solo con la calidad. Serán encuentros duros, al límite del Reglamento. Los capitanes han inyectado fervor al grupo. Como señaló Ancelotti en la entrevista a este periódico, “sé que todo no va a salir bien, pero lo importante es tener confianza y estar unidos en esas situaciones”. El vestuario ya ha hablado de obtener esa fuerza extraordinaria, física y mental, para enfrentarse a la adversidad. El primer enemigo han sido las bajas. Isco, Illarramendi y Morata han de dar un paso adelante. Varane y Nacho son los ejemplos: siempre lo han dado. Pero el Real Madrid necesita un plus en el centro del campo y en el ataque. Isco y Morata se examinan. Otros temas Comentarios Tomás González-Martín el 24 mar, 2014
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