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Rajoy y lo mucho que aprendió en Afganistán

Esteban Villarejo el

Fue casi al final de su visita cuando el presidente Mariano Rajoy pudo observar con sus propios ojos la inmensidad del desafío que la misión (y guerra) de Afganistán ha supuesto en estos últimos once años para las Fuerzas Armadas de España.

En un improvisado mirador en la base «Ruy González de Clavijo» de Qala i Nao, el presidente del Gobierno comprobó la complejidad orográfica y social de la capital de la Provincia de Badghis. 

Una población de apenas 15.000 habitantes, agrestes montañas que dibujan un paisaje lunar a su espalda, una pista de aterrizaje donde los niños juegan y los afganos cruzan para pasar del barrio pobre pastún (más cercano a la base) al más rico tayiko, una comisaría que hace de edificio central de una ciudad que también gira en torno a su mezquita color celeste, un mercadillo improvisado, una mujer lavando ropa en un charco… y en los picos de las montañas, puestos policiales ojo avizor.

Acompañado del ministro de Defensa, Pedro Morenés, del JEMAD, almirante general Fernando García Sánchez, del JEME, general Jaime Domínguez Buj, del JEMA, general Javier García Arnaiz, y de su director de Gabinete, Jorge Moragas, al presidente del Gobierno le explicaron cómo cambió la misión a raíz de trasladar la base de la ciudad a las afueras. Se ganó en seguridad, posicionamiento ante la población local. ¿El futuro de la base cuando los militares españoles se replieguen en 2013? «Se dará al Ejército afgano», aclaró uno de los militares.

«Lo que más me ha sorprendido es el país en sí mismo, su geografía, sus montañas…», aseguró Rajoy en uno de los dos «corrillos» que el presidente mantuvo con los periodistas que habitualmente cubren la información de Defensa.

Relajado y distendido, y alejado del foco de la prima de riesgo, el presidente Mariano Rajoy fue también por un día el «mando» en la base Ruy González de Clavijo de Qala i Nao donde recibió el bastón del coronel Fernando García González-Valerio.

«He aprendido mucho en este día, y uno ya tiene años en los que ha visto cosas», reconoció afable durante el brindis el presidente quien recibió de manos de los militares de la base de Qala i Nao una foto de su estancia pasando revista a las tropas: «Una foto muy buena y muy rápida», bromeó. «He visto gente que hace su trabajo con ganas e ilusión y eso es muy reconfortante».

Este primer viaje de Rajoy a las tropas en el exterior era muy esperado por los militares y coincidió con el aniversario de la investidura de su Gobierno. En las 26 horas y media que duró (con itinerario Madrid-Kabul-Herat-Qala i Nao-Herat-Vigo , donde bajó el presidente que hoy felicitará a todas las misiones por videoconferencia) pudo comprobar el trabajo que realizan los militares del cuartel general de Kabul, donde también se reunió con Karzai, en las base de Herat (con el hospital Role-2 como visita estrella) y la misma Qala i Nao.

Ya en el avión de vuelta, otra vez con los periodistas, Rajoy mostró de nuevo la voluntad de su Gobierno de que España esté en Herat más allá de 2014, gestionando el aeropuerto y el hospital de campaña para uso civil. Lo que sí corroboraron fuentes del Gobierno es la dificultad que tendrá España para destinar 30 millones anuales a Afganistán, tal y como se le demandó en la Cumbre de la OTAN en Chicago.«La petición se nos hizo. Ni hemos dicho ni sí, ni no», expresó la fuente del Gobierno que reconocía la dificultad de acometer ese desembolso a partir de 2015.

Todo eso fue al final, porque en el principio estuvo rendir honores a los 165 militares caídos españoles en el exterior en los últimos 20 años de misiones. A las 7 de la mañana (hora local), cero grados centígrados, Rajoy aterrizaba con su mirada dirigida a las altas montañas nevadas próximas a Kabul.

Después de descender del Airbus 310 del Grupo 45 de la Fuerza Aérea Española, y tras un breve paso por las dependencias del aeropuerto, se dispuso a rendir homenaje a esos caídos frente al monolito. Ahí se hizo el silencio. El recuerdo. «In memoriam. A los militares españoles que contribuyeron a la paz en Afganistán y perdieron la vida en Trebisonda (Turquía) el 26 de mayo de 2003».

 

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