¿Cuál ha sido el acuerdo exterior (civil o militar) más importante de la historia moderna de España? ¿La entrada en la UE?, ¿el “OTAN de entrada no…” pero luego un sí?, ¿algún multimillonario contrato con un estado petrolífero? o… ¿el primer acuerdo (Franco-Eisenhower) por el cual los Gobiernos de España y EE.UU. rubricaban su cooperación militar que concedía, a cambio de ayuda económica, el establecimiento de bases de utilización conjunta?
Personalmente elijo el último porque a la postre facilitó la integración del régimen franquista en un mundo más abierto (EE.UU. y el resto de los aliados OTAN en la década de los 50), un devenir desarrollista en los 60 y la Transición culminada en los 80 con la entrada de España en la OTAN (1982) y la UE (1986). Precisamente ayer se cumplieron 60 años del denominado Pacto de Madrid, un acuerdo que contó con una celebración en la Base Naval de Rota, que supuso el primer acto institucional del nuevo embajador estadounidense, James Costos.
El embajador estadounidense no quiso perder la oportunidad para anunciar un contrato firmado con Navantia para mantener los cuatro destructores que llegarán a la base roteña en 2014 y 2015 en el marco del sistema de defensa antimisiles de la OTAN (“el escudo antimisiles”). Un contrato que por unos 180 millones supondría una carga de trabajo para los astilleros de Cádiz y San Fernando de entre 100.000 y 200.000 horas, con una vigencia de un año, prorrogable otros seis.
El embajador en su primer discurso oficial destacó la importancia que para las relaciones de EE.UU. y España tuvo el “convenio histórico llamado Pacto de Madrid que estableció los cimientos de la alianza que tenemos hoy […] No sé si seguiremos aquí otros sesenta años más, lo que si sé es que los sesenta años que han pasado son testigo de la fuerza de la cooperación y del respeto mutuos”.
Costos además subrayó: “la Base de Rota es el símbolo de una historia compartida que han vivido generaciones de familias y que demuestra que no somos aliados por un pedazo de papel, sino porque nuestros hombres y mujeres trabajan conjunta y diariamente por mantener la seguridad”.
Pero no solo de pasado y del hoy se habló en el acto, que contó con una jornada de puertas abiertas. El embajador habló de futuro, de cómo con la llegada de los cuatro destructores y sus 1.100 militares con familias, Rota “albergará a la mayor familia estadounidense en Europa” (se entiende que como zona).
Presidiendo el acto por parte española se encontraban el almirante de acción naval, Juan Rodríguez Garat, y el almirante jefe de la base naval de Rota, Cristóbal González-Aller, que subrayaron los estrechos lazos existentes entre la Armada y la US Navy.
En la zona de la Bahía de Cádiz ya se espera la llegada de los primeros dos destructores el próximo año y en 2015 los otros dos. 1.100 militares con sus familias que si bien no alejarán la crisis de esta zona tan golpeada, sí que contribuirá a relanzar la actividad. Ayer, el embajador Costos inauguró junto a la alcaldesa de Rota, Eva Corrales, la oficina “Welcome to Rota”, que ofrecerá todo tipo de información a las familias de las tropas estadounidense.
Un “welcome” a la Base Naval de Rota que también fue para el nuevo embajador de EE.UU. James Costos quiso estrenar su cargo con un acto militar, en Rota y con el 60 aniversario del Pacto que cambió la triste España de las dos posguerras: de la Guerra Civil y de la que nunca llegó Mr. Marshall.
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