Si hace unos días os hablaba de los tratamientos faciales que le realizan por el interior de la boca, hoy añado que no solo de masaje bucal se sustentan los firmes rasgos de la futura duquesa de Sussex.
Según la web Pop Sugar Beauty, practica también yoga facial para trabajar su rostro de dentro hacia afuera, y jura que, aunque una se pueda sentir ridícula practicándolo, funciona.
Pero el yoga facial como tal no existe. Ara Rosón, especialista en gimnasia facial y fundadora de Natural Lift cuenta que en las asanas tradicionales de esta disciplina no se contemplan ejercicios específicos aislados para la cara. “Lo llamamos así los profesionales porque nos inspiramos en algunos principios del yoga para los entrenamientos: las posturas estáticas y las contraposturas, la concentración a la hora de realizar los ejercicios, la respiración lenta y los estiramientos”, aclara esta especialista.
Algunos son tan sencillos como masajear con la lengua por dentro las líneas de la sonrisa, recorriéndola con movimientos en zig-zag, imaginando que borramos las líneas; y otros más complicados como inspirar con los ojos bien abiertos y la cabeza bien erguida, y exhalar levantando todo lo posible las cejas, y con los pulmones vacíos, mantener la posición durante cinco segundos.
Si queréis aprender la técnica podéis hacerlo en los talleres que realiza Ara Rosón (www.araroson.com) o en los vídeos explicativos de Diana Bordón (www.facialyogaplan.com), otra especialista en esta práctica, que explica que “los 57 músculos de la cara no son diferentes a los del resto del cuerpo y, como ellos, si no tienen actividad, se incrementa la proporción de grasa y se pierde la tonificación, manifestándose con descolgamientos y perdida de tono”, cuenta Bordón.
Alessandra Scavone, creadora del método MascFacial (combina ejercicios con masaje, guasha, vendajes kiesologícos, micro corrientes y acupresión cosmética) añade que además, como la musculatura es mucho más pequeña que la corporal, se necesita mucho menos tiempo para ver los resultados. “A medida que se activa y tonifica, la piel recupera la luz, se minimizan las arrugas y hasta se reduce la papada”.
Su tabla diaria es de 10 minutos para la parte superior del rostro y otros diez para la inferior, incluyendo el cuello, y recomienda practicarla seis días a la semana. “Los ejercicios se pueden realizar en cualquier momento del día, sentado, de pie, recostado o tumbado. Solo al principio es posible que se necesite un espejo delante, y no hay que preocuparse si uno se ríe haciéndolos porque eso ayudará a liberar la tensión también”, asegura.
Ya lo sabéis. A llevar el rostro al gimnasio, que la sesión de risoterapia va incluida 😉
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