Teresa de la Cierva el 22 ene, 2013 No suelo hablar de perfumes en mi blog porque creo que los “polvblogueros” buscan aquí otro tipo de información, más allá de novedades en perfumes y tendencias de maquillaje. Tampoco me gustan las fragancias con nombre propio porque no me veo oliendo a Britney Spears o a Hannah Montana, por citar algún ejemplo. Por eso sorprenderá -a mi la primera- que escriba hoy sobre el perfume y la línea de cosmética de Carmen Lomana, que además ni siquiera son novedad porque llevan ya unos meses en el mercado. Pero es que no sabía que estaba Alfredo Caral detrás de ello. ¡Y eso lo cambia todo!! Vaya por delante que me parece estupenda Lomana y además me cae fenomenal. Pero de ahí a que yo me fíe de una cremas que llevan su nombre…. Claro, que no medí que esta mujer no hace las cosas al azar. ¡Eligió a uno de los grandes! A Alfredo Caral. Lo conozco desde que era muy niña porque tenía una de las mejores –si no la mejor- perfumerías de Madrid. Que para más inri, estaba al lado de mi casa y mi madre era clienta fiel. Preguntad a vuestras madres (algunas, a vuestras abuelas!) y ya veréis la de recuerdos que les despierta esta mítica perfumería madrileña! Porque Caral fue pionero en muchas cosas, pero sobre todo en aunar el mundo de los aromas con el de la estética. De la mano de la mítica esteticiene Carmen Vivar, incluyó en su centro cabinas para tratamientos en donde trabajaron las mejores profesionales del Instituto Jean D’Estrees, de donde salieron, entre otras, Maribel Yébenes (se formó allí durante siete años). En los años 70 se convirtió en el maquillador oficial de la Moda del Sol (predecesor de Cibeles). Esto le hizo evolucionar y adentrarse en el mundo del diseño de moda y creó su propio taller de alta costura. Presentó su primera colección en el Hotel Villa Magna de Madrid, arropado por las señoras de la alta sociedad madrileña (yo todavía tengo –y uso- una capa larga de terciopelo, espectacular, que se compró mi madre entonces). Y de ahí a las pasarelas de Londres, Washington, México D.F., además de Cibeles. Diseño los uniformes de Iberia y Aviaco durante años (los pilotos aún los llevan) y trabajo con Givenchy hasta que hace una década se retiró a Menorca porque sintió la necesidad de volver a sus orígenes. Y se dedicó a crear su propia línea cosmética. Por casualidades del destino se reencontró con Carmen Lomana, ésta probó sus cremas, le encantaron, se pusieron a rumiar la idea de crear una nueva gama para Carmen… Et voilá!! Nació “Carmen Lomana Mi Método: 5ª Esencia” (un elixir de juventud, un rellenador de arrugas, un suero, un contorno de ojos, una crema hidratante… con precios que oscilan entre los 30 y 65 € en www.carmenlomanacosmeticos.com). No puedo decíros nada de las cremas porque reconozco que no las he probado, pero estando Alfredo Caral detrás, seguro que estarán bien formuladas. La consecuencia lógica (y posterior) ha sido un perfume: Carmen Lomana First Collection (85 €) Este si lo he probado. ¡Hasta usado! Y, como ella misma dice, no se parece ni recuerda a nada. Es muy especial. Naranja, canela, azahar, vainilla, ámbar, especias… “Tiene una entrada fresca –a los hombres no les gusta que apabulle- , pero se va enriqueciendo- asegura Carmen-. A la media hora proyecta algo que lo distingue de todos. Que te acerca. Como si invitara a… achucharte”. No es una fragancia que yo vaya a usar. Entre otras cosas, porque ya he dicho que no soy capaz de ponerme un perfume con el nombre de otra persona (los diseñadores son la excepción), y menos aun si la conozco. Pero reconozco que deja huella. E invita al “achuchón”. Lo digo por experiencia… Perfumes Comentarios Teresa de la Cierva el 22 ene, 2013