Desde que el gobierno ha dado vía libre a la apertura de las clínicas, los centros capilares se han colapsado. “Tenemos la agenda de citas más desbordada que nunca”, me cuenta el doctor Victor Salagaray, de la clínica que lleva su nombre. “Tanto, que algunos nos piden que les operemos a cualquier hora, o cualquier día, incluso en domingo”, afirma entre risas.
¿El perfil más habitual? Profesionales que tienen su imagen muy expuesta y que han encontrado en este teletrabajo prolongado la oportunidad de su vida. “Tenemos agendados futbolistas, presentadores de televisión y actores que aprovechan que no les ve nadie para hacerse un trasplante de pelo”, indica este doctor. “Y en el mundo del futbol ha tenido un claro “efecto llamada” porque primero han venido jugadores de equipos de Primera División, y a continuación de las demás divisiones”, comenta sorprendido.
“En nuestra clínica realizamos una técnica conocida como “Unshaved FUE”, con la que no es necesario afeitarse la cabeza, y esa es otra de las claves de este aluvión de llamadas. La extracción del pelo se realiza con un micro bisturi circular que extrae el pelo de uno de la zona donante (generalmente la nuca o a los lados de la cabeza que es donde tenemos el pelo más “superviviente”). El trabajo del médico es mucho más delicado y requiere una mayor experiencia para detectar los cabellos más sanos, pero para el paciente es menos invasivo, y tiene la enorme ventaja de que, al no necesitar rasurarse, las costritas y rojez resultantes de la extracción no se ven y podrían ir a trabajar al día siguiente si hiciera falta”, asegura este profesional.
“La recuperación es muy rápida, de una semana a 10 días como máximo, y no hay dolor”. ¿El pero? “Podemos extraer menos cantidad de pelo, y no es apto para las cabezas mas despobladas, a las que les hacemos la técnica FUE tradicional”.
Pero no solo los hombres han recurrido a los especialistas capilares. El 90% de las llamadas de socorro está siendo de mujeres. “Llaman preocupadas porque tras el confinamiento están perdiendo pelo -la alopecia por estrés aparece 3 o 4 meses después-, se notan menos volumen, el pelo más fino, se les ensucia muy rápidamente e incluso alguna ha llamado porque se ha mal teñido el pelo con ácido glicólico y además de destrozarse el color, se ha destrozado el cuero cabelludo”, explica Salagaray. “También hemos tenido pacientes con alopecia cicatricial secundaria (un circulo de calva en la nuca) a consecuencia de las semanas encamados en la UCI a causa del corona virus”.
PD: aprovecho el tema para contaros un dato muy interesante: los hombres calvos parece que tienen más riesgo padecer el COVID19, con mayor gravedad y con mayor tasa de fallecimientos. La dermatóloga Alba Gómez, especialista en regeneración capilar de Instituto Medico Ricart en Ruber Internacional ha participado en un estudio publicado a nivel mundial, elaborado por algunos de los mejores referentes en medicina capilar, que concluye que “entre más de 100 pacientes ingresados por neumonía por coronavirus durante la pandemia, se han detectado porcentajes superiores de alopecia androgenética severa respecto a la población general”, asegura esta especialista. “Y esto podría sustentarse en los niveles superiores de hormonas sexuales masculinas o andrógenos -que existen también en el sexo femenino aunque en menor medida-, de forma que una mayor cantidad de andrógenos predispondrían a una mayor entrada de los virus en las células pulmonares”, explica la doctora Gómez. Por el momento, los estudios sobre los que se apoya esta relación, desarrollados por el dermatólogo estadounidense Dr. Andy Goren, son in vitro (en laboratorio), pero podrían aportar mucha luz para entender el pasado y mejorar el futuro de la enfermedad. Si las investigaciones continúan por ese camino, en el futuro se podría detectar pacientes con mayor riesgo de enfermar a partir de algo tan visible como es el cabello, y se podría plantear la toma de algunos fármacos para la alopecia con acción anti hormonas sexuales masculinas (Finasterida…), para prevenir las formas severas de esta infección.
Pelo