La celulitis es una enfermedad de los sistemas circulatorio y linfático. El primero mantiene el suministro de nutrientes en los tejidos, y el segundo elimina los desechos del metabolismo. Si estos funcionan mal, los productos de desecho no se eliminan y se acumulan en las células grasas, y aparece ese aspecto de ‘piel de naranja’ que todas odiamos.
Por eso, en contra de lo que muchas creen, la celulitis no se quita por consumir menos grasas. Se puede mejorar la apariencia de la piel, pero si no se trata el origen de su aparición, seguiremos con los “hoyitos” de por vida (de ahí que deportistas profesionales o modelos muy delgadas y que comen de forma saludable tengan celulitis).
Para evitar (o reducir) la celulitis el secreto está en mantener activos los sistemas linfático (la red de drenaje) y cardiovascular (la “bomba” que bombea la sangre).
Y eso es lo que hacen las ranas!! Ellas (y otros anfibios) tienen un tesoro del que nosotras carecemos: un “corazón linfático” (para ser exacta, tienen varios) que “bombea” la linfa y por tanto no sufren los problemas derivados de un drenaje deficiente, que como os he dicho, es uno de los culpables de la celulitis.
¿Qué podemos hacer para estar tan tersas como las ranas (y sin convertirnos en un príncipe azul)?
Someternos a drenajes linfáticos! Estos pueden ser manuales (es imbatible el famoso método Vooder, creado por Émil Vodder en los años 30, y basado en movimientos circulares, suaves y rítmicos con el objetivo de limpiar el cuerpo, reducir la inflamación y fortalecer el sistema inmunológico) o mecánicos.
Y aquí llegamos a dónde yo quería llegar: a esta especie de maquina espacial que se llama VACUMED (de hecho tiene tecnología de la NASA, y se creó para compensar el efecto fisiológico de la ingravidez sufrida por los astronautas) y que actúa como ese corazón linfático que nos falta: bombeando la linfa (técnicamente dicen que alterna presiones negativas y positivas, que mejoran la circulación y el drenaje linfático, tonifican el tejido, eliminan residuos, oxigenan y purifican los tejidos, favorecen la síntesis de colágeno y elastina y equilibran el pH).
Si nos metiéramos dentro de esta cápsula regularmente (no duelen nada, todo lo contrario, tienes sensación de masaje intenso), no solo no tendríamos piel de naranja, no retendríamos líquidos, movilizaríamos la grasa localizada, reduciríamos la inflamación y el dolor de las piernas cansadas, prevendríamos las dichosas arañas vasculares y venas varicosas, nos recuperaríamos más rápido de las operaciones de estética o lesiones con el deporte… De hecho, Cristiano Ronaldo se la compró para tenerla en su casa tras una lesión de rodilla en 2014, y está “enganchado” (y estupendo!!).
Las sesiones son de 20, 25 o 30 minutos, y pueden darse sueltas, o como complemento de otros tratamientos corporales (Indiba, Venús Legacy…), e incluso faciales (en el Centro Teresa Pina me contaron que la utilizan algunas clientas para rematar tratamientos de bolsas en los ojos, por ejemplo).
¿Dónde la encontraréis? Que yo sepa, solo tienen para su uso en estética (hay otra version para fisioterapia) en el centro Teresa Pina en Pozuelo de Alarcón (Madrid); Clinica Javier Navarro (Jaén); Eón Clinic (Palma de Mallorca); Rosa Ortuño (Alicante).
Desde Burdeos os deseo un feliz fin de semana!